46. Luz en la penumbra

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Delilah

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Delilah.

Abrí mis ojos con mucho esfuerzos, los sentía pesados como si hubiera estado cargando algo sobre mis pestañas. Cuando pude ver, ya sin estar tan borroso todo a mi alrededor, pude notar que la habitación donde estaba era completamente blanca haciendo que un fuerte dolor de cabeza me atravesara por tanta luz que había.

—ya despertaste—escuché alguien a mi lado hablando apurado, al girar suavemente la cabeza encontré a Newt quien se acercó a mí—. ¿Cómo te sientes? ¿Quieres que llame a un doctor?

—me duele un poco la cabeza pero estoy bien—respondí en tono bajo y débil.

Newt tomó con suavidad mi mano para que no me moviera bruscamente ya que intenté acomodarme debido a que mi cuello dolía. Luego de unos segundos en los que pude abrir un poco más mis ojos y respirar con más calma Newt empezó a hablar:

—no quiero regañarte pero, ¿por qué te haces esto?

—¿de qué hablas?—pregunté confundida.

—te desmayaste por culpa de no haber comido bien estos últimos días. Te estabas alimentando solo con unas malditas frutas.

—¿acaso eso no es comida?—bromeé.

—no es gracioso, Delilah, me preocupaste demasiado.

—estoy bien—dije con tal de que se tranquilizara.

—no lo estás—contestó con seriedad.

—¿de qué hablas?

Newt juntó sus labios en una leve línea y con mucho esfuerzo contestó:

—tendrás que volverte a internar.

¿Qué?

—no me jodas, Newt, no estoy para bromas ahora—dije esperanzada de que eso en realidad fuera una broma.

—yo tampoco lo estoy y por eso te lo digo.

Entonces recordé la última vez que había visto a Newt antes de desmayarme.

—oye—añadí preocupada—. Tu viste algo antes de que me... desmayara.

Newt lo pensó por un momento y luego pasó su mano por su cabello rubio tratando de decirlo.

—si, lo vi.

—¿dijeron algo al respecto los médicos?

—no.

No sabía si eso era bueno o completamente preocupante.

—no, ¿qué?

—no dijeron nada porque no estás embarazada—admitió y parte de mí se tranquilizó un poco, no estaba lista para lidiar con algo como eso.

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