Versos fríos [EN EDICIÓN]✔️

39. Desconocido

Kyle.

La puerta volvió a abrirse dejando ver a Donna entrar.

—creí que mi familia le gustaba reprocharme pero, te compadezco—añadió Rob a lo que yo lo ignoré.

Donna llevaba la mirada en el suelo hasta que llegó a la celda y la levantó para verme. Estaba igual o incluso peor que Dely. Los ojos rojos, la cara hinchada y la nariz roja.

—ya creo que con todo lo que te han dicho es suficiente—dijo otra vez bajando la mirada.

—Donna, mírame por favor—supliqué pero ella negó con su cabeza.

—te desconozco, Kyle. En realidad te desconozco. Y no quiero verte a los ojos porque sé que no encontraré a mi hermano allí.

—sigo siendo el mismo—dije con los ojos encharcados otra vez.

—no... tu en verdad no hubieras hecho esto. Mis padres estarían muy tristes de saber en lo que te has convertido. Pero no hablaré por ellos—levantó un poco la mirada con disimulo—. Hablé con los oficiales—tomó aire—, ¿quieres saber lo que hiciste?—inquirió en un susurro con la voz quebrada—. Los dos hombres que huyeron en el camión los atraparon en la frontera con el cargamento de droga... esos eran los que... los que estuvieron esa noche. Dijeron en un interrogatorio que el líder de ellos... el tipo que...—agachó la mirada llorando más fuerte lo cuál me rompía el corazón más de lo normal—. Bueno, él, lo asesinaron en Las Vegas, mejor dicho, lo torturaron unos mafiosos hasta que lo asesinaron...

—¿está muerto?—asintió.

—no te alegres que no he acabado. El-el hombre al que asesinaste... se llamaba Jonah Piper... él solo era un muchacho que fue a comprar droga en el día equivocado.

Quedé petrificado al separarme de los barrotes de la celda. Ayudé a matar a alguien que era inocente. No puede ser.

—¿ves lo que te dije por todos estos años? Las cosas se solucionan solas, cada quien pronto recibe lo que da y mira...—tomó otra respiración—. Atraparon a esos tipos en la frontera y no saldrán de la cárcel en mucho tiempo y a ese tipo lo asesinaron. ¡Tu no tenías que hacer nada! Te dije que te quedaras quieto, que esto podría volver a despertarme más problemas a mí.

—Donna pero ellos...

—¡ellos ya me valen una mierda!—gritó y sabía lo alterada que estaba porque normalmente Donna no dice groserías—. A mí el único que me importa es mi hermano pero ahora veo que ya lo perdí... porque este no eres tú. Este no eres tú.

Donna salió de ahí y Newt la recibió en la puerta. Giré para ver con rabia a Rob quien estaba sentado en la banca.

—¿por qué lo hiciste?—bramé furioso.

—¿yo lo hice? ¿Se te olvida quién fue el que me contrató? La sangre de ese muchacho no está en mis manos—dijo con relajo—, mira las tuyas y sabrás a quién le corresponde la culpa.