36. Antes y después

16 2 0
                                    

Dalia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Dalia.

¿estás segura de que quieres hacer esto?—preguntó Donna mirando las llaves de mi apartamento.

—estoy segura.

—pero no tendría con qué pagarte un alquiler aquí, es muy costoso.

—por el dinero no te preocupes. Vendré aquí a verlas de vez en cuando así que el apartamento es todo tuyo.

—sigo sin poder creerlo—exclamó emocionada observando todo el lugar.

—pues créelo. Te dejaré los muebles y de resto eres libre de llenarlo como se te antoje.

Donna agachó la mirada con timidez y yo sabía cuál era la razón así que decidí hablar primero.

—independiente de lo que haya pasado entre Kyle y yo, siempre serás mi amiga—ella sonrió.

—lo sé... es solo que me siento muy apenada por lo que él te hizo.

—descuida. ¿Has vuelto a hablar con Newt? He tratado de llamarlo pero dice que ha estado ocupado.

—no... lo único que sé es que sacará su nueva canción hoy así que debe estar muy ocupado.

—si lo ves le das un saludo de mi parte. Marcus me espera abajo con mi auto y ya debo de irme.

—espero que logres sentirte mejor—agregó.

—gracias, Donna.

Le di un gran abrazo para luego dirigirme a la puerta.

—Dalia—musitó.

—¿qué pasa?—regresé a verla.

—no sé cómo decirlo pero quiero pedirte de que... ni siquiera se te ocurra pensar en hacerte daño—añadió tratando de escucharse segura pero yo sabía porqué lo decía—. Yo lo hice y créeme que me arrepiento completamente de eso.

—no lo haré, Donna. Puedes estar tranquila—le di una media sonrisa para que se relajara y ella también sonrió.

—suerte.

—igual a ti.

Esta vez ya bajé a la recepción donde estaba John ayudando a controlar paparazzis que habían enfrente del camión de mudanza, al verme se acercó dejándolos a todos afuera.

—señorita Dalia, lamento el desorden pero esos paparazzis no aceptan un no por respuesta.

—¿llamaste a la policía? Ellos podrán alejarlos, no quiero que ninguno me siga.

—inmediato. Ah, señorita Dalia, con respecto a que se va quería decirle que estoy muy agradecido con usted y no sabe cuanto, la extrañaré mucho en el edificio.

—gracias, John. Tu eres el mejor portero que pude haber tenido en toda mi vida—sonreí—. ¿Puedo darle un abrazo?

John asintió y yo me acerqué para abrazarlo.

Versos fríos [EN EDICIÓN]✔️Where stories live. Discover now