La Intimidad Del Tacto Leve

Prólogo.

23 de Octubre, 2018.

"All this people think love's for show, but I would die for you in secret

The devil's in the details, but you got a friend in me

Would it be enough if I could never give you peace?"

Taylor Swift.

Te quería ver, ya hace un tiempo, solo no imaginé que sería así. No con tanta presión por olvidarte de mi lado, no con tanta presión de estar con él de tu lado. En mi imaginación, todo fue mejor, yo llegaba y me esperabas ansiosamente, casi pretendiendo que la fiesta fuese solo para mí, y me abrazabas, y me besabas, y me hacías saber con un solo gesto que era la única persona en este mundo para ti, pero no fue así, y admito que tal vez fue muy egocéntrico de mi parte pensar que lo sería, pero aún lo esperaba. En la realidad, me esparabas cual amigo en fiesta de cumpleaños, como si fuese uno más de tu colección, colección de la que yo siempre pensé que resaltaría, pero hoy entiendo que no podría serlo.

Apenas te vi, tocabas la copa como si fuera una campana, así como hacías con cada vaso cuando te sentías ansiosa. Lírica no entendida por nadie, excepto por mí, al menos eso me gustaba pensar.

No pude evitar preguntarme si tu madre se encontraría mejor, si ya no te gritaría sin sentido, si ya no sentirías la presión de complacerla a pesar de tu corta edad; pero todo aquello parecía no importarte.

Tal vez fue mi culpa por confundir el inicio de la historia con el final, pero no pude evitarlo, no cuando parecía que tan solo existía una cuerda invisible atándome a ti, dándole sentido a los golpes, a los nados contra la corriente; no cuando tomaste mis partes más obscuras y las hiciste hermosas, intocables; meses luego me di cuenta que debía bajar esas imágenes del pedestal y trabajar con ellas, pero, ¿no fue hermoso acaso pretender que tenían sentido de esa manera? Y es por ello que te culpo, porque las hiciste intocables, cuando lo que debí hacer fue tomarlas, arrancarlas desde el suelo y eliminarlas.

Pasé tres años de mi vida pensando en ti, y, sinceramente, me aterra pensar que pasaré el resto haciendo lo mismo. Porque aunque piense en las aventuras que tendríamos, aunque considere lo diferente que hubiese sido todo si yo me hubiese atrevido en aquel momento, siento que todo acabaría como está en este momento, yo viéndote desde la esquina mientras bailas con él.

Finalmente, todo lo que hiciste (hicimos) termina con él con la mano en tu cintura, contigo riéndote sobre alguna broma no graciosa, contigo mirándolo como algunas veces me miraste a mí (veces que grabé en mi memoria como una fotografía polaroid, pegadas en mi pared).

Mis amigos lo notan, es imposible no hacerlo. La diferencia es que la mayoría solo nota la amargura, no nota el porqué. Matt y Leo están a mi lado, observando minusciosamente, sabiendo que en cada paso de baile que tu das con él algo dentro de mí muere lentamente. Tal vez sea por eso que me sacaron a bailar, tal vez por eso Matt contaba tantos chistes esperando una respuesta de mi parte, tal vez por eso Leo no dejaba de hacerme notar cuánto me quería y mi calidad como persona. Tal vez ellos se dieron cuenta, a pesar de conocerme poco tiempo; eso solo dejaba una opción: a pesar de tantos años a tu lado, nunca llegaste a conocerme, tal vez, a su lado, simplemente no te importaba lo que yo pudiera sentir; tal vez nunca te importó.

Todas aquellas opciones ya habían pasado por mi mente antes, considerarme algo tan irrelevante para ti que ni siquiera notases mi presencia en tu fiesta.

...

-Oye, ¿no sería genial si nos desapareciésemos de esta ciudad? -El aire no era tan frío, pero sí húmedo. Si no fuese por tu presencia a mi lado, probablemente hubiera calado en mis huesos. Mi corazón dio un salto al escuchar esas palabras salir de ti.