𝔓𝔩𝔢𝔞𝔰𝔞𝔫𝔱 ℌ𝔢𝔩𝔩 [Thomas Shelby]

𝓉𝓌𝑜 𝓌𝑒𝑒𝓀𝓈

𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖚𝖓𝖔

Londres, 1919.

-están alterando las carreras- soltó mientras desayunaba con su hermano.

El barbudo levantó la cabeza sin dejar de disfrutar su desayuno.

-eso no nos importa, no jugamos con jodidos caballos... aunque quizás lo haga en un futuro, tener caballitos para jugar- bebió de la taza para alzar la mirada, mirando a su hermana por fin- ¿por qué lo dices?- movió la cabeza buscando más información.

-un caballo que parecía ganar todas las carreras de esta temporada perdió, quedó último lugar cuando iba en racha- el periódico en sus manos no mentía, las críticas de los escritores se dejaban ver con bastante claridad.

Maldiciendo cada dos palabras y enojados de haber perdido, atacando a un tal Billy Kimber, quien era el dueño de ciertos hipódromos, un corredor de apuestas por lo poco que tenía entendido

-Los malditos caballos no importan.

-importa el ron- susurró con una sonrisa, Alfie la señaló con su dedo, dándole la razón.

Ciertamente ella no pensaba igual, el pan, ¿o mejor decirle directamente ron?, no le quitaba el sueño, sin embargo al mayor le interesaba de sobre manera, ella prefería buscar otras formas de ganarse la vida, pero entendía a su hermano.

Después de todo él logro darles todo lo que les faltaba, ella le ayuda en ciertos temas si es que se le devolvía el favor más adelante.

-Ollie pasara por ti a las 9, quiero que estes pendiente del italiano ese, el bastardo me está dando problemas cada vez más- sonrió asintiendo.

Los gestos mientras hablaba era algo tan característico de Alfie, que si viese a alguien igual que él no dudaría en quejarse por copiarle a su hermano.

-¿conoces Birmingham?- preguntó con suavidad, leyendo el nombre de la ciudad.

Lo poco que sabía de geografía lo utilizaba para saber las capitales del viejo continente, luego no pude seguir estudiando más, actualmente una mujer no puede ser más lista que un hombre.

-Birmingham, es un basurero, creo que hacen carbón o mierdas como esa, hay mucho humo y nada interesante.

La mujer que nos había cuidado por tanto tiempo apareció por el marco de la puerta.

-señor Solomons su auto está esperándolo afuera- con voz tímida y el abrigo en la mano se dirigió a él.

-jodidos negocios, jodidos italianos, jodidos todo aquel que me crucé hoy- comenzó a murmurar repetidas veces, levantándose y dándole la espalda a Margareth.

-señor Solomons, ¿requiere de algo más?- le ayudó con el traje, el hermano negó.

-que mi hermana esté lista antes de las nueve-la menor rodeo los ojos- te vi Scar- Volvió a sonreír juguetona ante la mirada enojada de Alfie, supuestamente enojada.