𝒲𝑒𝓁𝒸𝑜𝓂𝑒 𝓉𝑜 𝓉𝒽𝑒 𝓊𝓃𝒹𝑒𝓇𝓌𝑜𝓇𝓁𝒹

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𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖎𝖊𝖟

Con la mente ocupada en distintas acciones futuras logró ordenar la habitación en la que se había quedado, abriendo las ventanas para ventilar mejor el lugar

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Con la mente ocupada en distintas acciones futuras logró ordenar la habitación en la que se había quedado, abriendo las ventanas para ventilar mejor el lugar.

-¿volverás a Small Heath?- preguntó Louisa mientras recibía el pago total por la estadía.

-creo, ¿me esperaras?- la anciana no negó mi afirmó nada.

Su soledad había sido interrumpida con la llegada de la mujer, ahora no tendría a nadie a quien prepararle comida o simplemente preocupándose de sí llegaría al día siguiente o no.

-nos vemos luego, Louisa, un placer conocerte- de manera sutil había llevado el pan para cenar, la contraria la acepto sin decir mucho, era un gesto agradable- si vuelvo, no dudes en que volveré a dormir aquí- le sonrió por última vez saliendo con su abrigo puesto y la maleta afirmada fuertemente.

El cielo estaba nublado, como si estuviera triste por la partida de la judía, sin saber si volvería al lugar lleno de hierro y carbón; diviso a un hombre predicando mientras caminaba en dirección al muelle, este la observo por largos segundos antes de seguir hablando sobre la biblia y versos.

Esta vez no llegaba comida para el largo camino, aceptaría la ayuda de Curly si este volvía a ofrecerle que comer.

Cuando comenzó a escuchar lejanamente el río, un escalofrío recorrió su cuerpo, dándole una señal de que estaba en peligro, se puso tensa y sintió pasos detrás de ella, se detuvo unos segundos con la incomodidad en la nuca. Endureció sus gemelos esperando que quienes la siguieran pasaran por delante de ella, las risas de dos hombres le ponían los pelos de punta.

-¿Scarlett Solomons?- voz con acento conocido, al dar media vuelta dos hombres de Kimber la miraban como carnada fresca.

El corredor había mandado a ambos a matarla, primero consiguiendo el permiso, quemarían ambos papeles después de conseguir su firma y el hipódromo volvería a ser suyo. Como si nada hubiera pasado.

-caballeros- tenia una vaga idea de por donde iría la conversación, su respiración se agitaba progresivamente a la vez que dejaba la maleta en el suelo y alzaba sus brazos, esperando que vieran si tenían armas o no.

El más lejano tomó la maleta, con un gesto de cabeza despectivo la apuntó, el gran hombre sacó su arma, intimidándole con esta, mientras que el canoso abría su maleta y se arrodillaba en el suelo.

Percibió la ventisca que comenzaba a hacer presencia en aquel ancho pasaje, enderezó la espalda cuando el hombre con más peso acarició de manera morbosa su rostro, burlándose de ella con superioridad.

-¿en serio creías que con un par de amenazas saldrían libre? Las mujeres son siempre tan estúpidas- rio gravemente mientras comenzaba a mover sus ropas bruscamente.

𝔓𝔩𝔢𝔞𝔰𝔞𝔫𝔱 ℌ𝔢𝔩𝔩 [Thomas Shelby]Where stories live. Discover now