𝔓𝔩𝔢𝔞𝔰𝔞𝔫𝔱 ℌ𝔢𝔩𝔩 [Thomas Shelby]

𝒟𝑜 𝒾𝓉 𝓌𝒾𝓉𝒽 𝐵𝒾𝓇𝓂𝒾𝓃𝑔𝒽𝒶𝓂

𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖔𝖓𝖈𝖊

-Gracias por traerme, a ambos- junto sus palmas mientras sentía la mirada de Engel Sabini.

-señorita...- Curly intentó ayudarla pero negó, no quería que los Blinders se metieran a su ciudad, no aún.

-mándale mis saludos a los Shelby- susurró mientras tomaba su maleta.

Al dar el pequeño salto encaró a uno de los italianos, lo miró fijamente desviando la mirada al castaño.

-Engel no tengo tiempo para esto, ah, y debías saludar, usualmente cuando alguien pregunta el cómo estas uno tiene que responder, ser cortes.

Avanzó con pasos alargados, tenia que ir a cambiarse su ropa, no era como las prendas de vestir que tenía que usar por su religión, por ello había comprado secretamente lo que llevaba puesto.

-no, acabas de jodernos un negocio por un capricho- Scarlett lo ignoro, necesitaba salir de aquel muelle.

-no fue capricho, ahora, si tú no puedes mantener tus negocios seguros no es culpa mía, es tuya- se atrevió a hablar con sarcasmo, dándose cuenta que tendría que ser más cuidadosa con sus palabras y acciones.

Ya no estaba en Birmingham para hacer lo que ella quisiera, tenía que velar por la seguridad del negocio y por las familias que confiaban en los Solomons.

-¿qué dijiste, maldita...?- se dio vuelta encarándolo.

Odiaba que el "judía" fuera un insulto, que lo dijeran como si fuese su decisión haber nacido como ella es. Además, el encargado de llevar el mensaje no era el más racional, era Engel un adolescente que piensa que es mejor que todos sólo porque su padre es un mafioso, con 19 años se creía el dueño del mundo y Scarlett detestaba aquella supuesta superioridad.

-dile a Dardy que dentro de la semana lo veré, pero que no hablaré contigo cosas que son de mayores- su respiración se acelero cuando quiso irse y Engel tomó su brazo.

¿Y si en un arrebato de ira repetía su acción anterior? No podría justificar el porqué mato al adolescente, volvió a afectarle pensar en su asesinato. Aguanto la respiración volviendo a encararse.

-¡eh! Dejen a la señorita en paz, si ella no quiere hablar con ustedes por alguna mierda será- Charlie hablo tomando su gorro, preparado para quitarle el ojo a alguno de esos refinados hombres.

-día miércoles a las 4 en Club Edén, sino prepárate para las consecuencias- susurró escupiendo frente a los Blinders. Ella tensó los músculos considerando nuevamente tomar el revólver y apuntarle.

-Gracias Charlie.

Camino con rapidez hasta la conocida panadería de un viejo amigo, se cambiaría ahí para luego ir a Camden Town, ver a su hermano y tener como un recuerdo lejano lo sucedido en aquel muelle.