Capítulo 15

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Fin de año. Otra fiesta increíble para muchos adolescentes. La excitación de que llega un año nuevo, los deseos y promesas que se hacen para entrar con buen pie, la cuenta atrás... Lena y Kara siempre lo pasaban en familia al principio. Luego se juntaban en el jardín de cada una, y finalmente, pasando los años, se iban con sus exnovios y amigos.

Este año iba a ser totalmente diferente. Alquilaron el Al's Bar, un bar anticuado y barato que rentaron entre varios del último año del instituto. Era el local más arrendado por los jóvenes por esa época. r.

.

Kara abrazó a su madre entre serpentinas mientras hacían una videollamada con su hermana Alex. No tenía vacaciones y a la rubia le costó un poco no tener a su hermana entre ellas para celebrarlo, pero no impidió que se alegrase por su progreso.

Lena, en cambio, lo celebró junto con su hermano y madre. Eran menos escandalosos ya que no eran muy creyentes con los deseos de salud y felicidad después de lo de su padre, pero prometieron amarse y cuidarse pasara lo que pasara.

—Ten cuidado esta noche —murmuró Lillian entregándole el bolso—. Kara irá contigo, ¿no?

—Todos estos últimos años me preguntas lo mismo. Siempre hemos estado juntas, en todas las celebraciones —espetó mientras rodaba los ojos, arreglándose el vestido.

—¿Vais en su moto o en tu coche? —ignoró su contestación.

—Coche de Nia.

—No vuelvas sin ella —le señaló con el dedo amenazador.

—¿Estáis juntas por fin? —interrumpió Lex apareciendo por detrás.

—¿Qué? —Lena hizo una mueca similar a la de asco, mirando a su hermano con incredulidad.

—¿Eso es un no? Joder, pensaba que sería su cuñado de verdad.

—Tu hermana es ciega —se burló Lillian depositando un beso en la frente fruncida de Lena.

—¿Qué soy ciega de qué?

—Pues de que estás colada por Kara y ella está loquita por ti —comentó su hermano riendo entre dientes.

—Venga ya... ¿Cuánto os ha pagado Kara para que vosotros también me vaciléis? —gruñó molesta y Lex decidió contestarle, pero Lena negó poniendo las manos—. ¿Sabéis qué? Dejadlo... Me voy antes de que os pongáis a la defensiva.

Antes de que pudiera despedirse, Kara ya estaba tocando la puerta. Lena fue quien abrió y se quedó helada. Su vecina iba... preciosa, aunque eso era una definición pobre al ver lo que proyectaban sus ojos. Para muchos, Kara podría ir sencilla, pero para Lena iba perfecta. Tenía el pelo suelto que en ella se veía en escasas ocasiones ya que siempre tenía el cabello recogido por los entrenamientos. El maquillaje negro a juego con su mono ceñido a su cintura y piernas de campana.

La había visto veces arreglada, pero esta vez sí Kara le decía en serio de montárselo con ella por probarlo, lo aceptaría sin dudarlo. Aunque eso no sucedería, pensó Lena después, porque odiaba la prepotencia de Kara y que siempre le vacilara debido a que se llevaría una victoria. Y era su amiga. Solo amiga. Y ella heterosexual. Muy heterosexual.

En cambio, Lena iba con un vestido burdeos de reloj de arena, ceñido a su cuerpo con el torso de encaje. Era la primera vez que iba un poco más atrevida porque Sam insistió en que debía estar cañón para esta noche y arrasar con lo que vea: año nuevo, vida nueva.

—Preciosa... —susurró Kara mirando a Lena con una sonrisa que todavía no tenía palabras en la boca. Antes de que pudiera decir algo, Kara pasó por su lado y siguió hablando—. Feliz año nuevo, familia.

Vecinas incontrolables | SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora