Capítulo 18

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—¡Vamos a patinar sobre hielo! —sugirió Nia con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Sí, por favor! —gritó Querl junto a ella—. Así podrás estrenar los bonitos patines que te regalamos —miró a Kara y ella negó con la cabeza.

—Acabamos de volver al instituto y ya queréis marcha —se quejó Sam casi riendo y Nia le tiró un trozo de papel, molesta.

—Ni hablar —interrumpió Kara y agitó la cabeza con ímpetu—. No quiero que os riáis de mi cuando me caiga.

—Nos reímos de ti hasta cuando no te caes, Kara —bromeó Sam ganándose un puñetazo de la capitana.

—¿Nunca has patinado sobre hielo? —preguntó Imra arrimándose a la rubia mientras ella negaba con la cabeza.

—Todos los años, mi hermana Alex y yo íbamos al lago con Lena y Lex, su hermano, pero ellos disfrutaban mientras yo me quedaba mirando porque una vez me caí y se burlaron los tres de mí. Así que decidí no ponerme más los patines y disfrutaba tirándoles piedras, aunque iban dirigidas a aquella de allí para que se cayese, pero admito que es buena patinando porque las esquivó todas —señaló a Lena mientras todos reían, pero su vecina ni se inmutó ya que estaba distraída con el café en sus manos—. ¿Lena?

—¿Hum? —levantó la mirada y agitó la cabeza—. Perdón, ¿cuál era la pregunta?

—¿Qué te pasa, bicho raro? —preguntó Sam rodeándola con el brazo y Lena observó que todos la estaban mirando. Tensó la mandíbula al ver la mano de Imra en el muslo de la rubia, no comprendiendo muy bien el por qué.

—Nada... Solo pensaba.

—¿Tú piensas? —se burló Kara y Lena asintió para luego levantarse—. ¿A dónde vas?

—Me acabo de acordar de que tenía que coger un libro de la biblioteca.

—¿Me he perdido algo? —preguntó Querl asustado ya que estuvo junto a ella en todas las clases.

—No, es solo que perdí mi libro favorito. Hasta luego.

Lena se apresuró para coger su mochila y desvió la mirada hasta la puerta de la cafetería, despidiéndose con la mano rápidamente con un simple "adiós". Se dirigió a su rincón favorito, subiendo las escaleras hasta adentrarse en la biblioteca y miró por las estanterías hasta hallar su libro, un libro cualquiera en realidad.

Se sentó en la silla, depositó su mochila en el asiento de al lado y suspiró antes de abrir el libro. Le sonaba de algo, puede que ya lo hubiese leído antes. Era algo sobre magia o conjuros y espadas de la época medieval. Miró algunas páginas, concentrándose en leer hasta que notó algo extraño. Se irguió con el ceño fruncido, levantando la vista del libro y miró hacia ambos lados. Negó con la cabeza arrugando la nariz y se enterró nuevamente en la lectura.

—Bu —gritó Kara silenciosamente por detrás, haciendo que Lena se sobresaltara.

—¡Kara! —en cambio, Lena fue la que chilló de angustia al ver su vecina con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Kara Danvers?

La rubia giró los ojos hacia la bibliotecaria quien tenía una cara de pocos amigos. Tragó saliva y a Lena se le escapó una sonrisa. Kara se irguió, levantando la mano para comenzar una explicación, pero la mujer mayor negó con la cabeza. Entonces empezaron a hablar entre susurros.

—He visto cómo la has asustado. Aquí no se viene a jugar, ¿entendido? —regañó antes de despedirse cuando Kara asintió.

—Esto es increíble —murmuró la rubia cogiendo la mochila de Lena para dejarla junto a la suya en otra silla.

Vecinas incontrolables | SupercorpWhere stories live. Discover now