Capítulo 52

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La mañana fue ajetreada. Lex y Lillian aparecieron por su puerta para recoger a la novia e ir todos juntos a la iglesia, pero Lena todavía no estaba lista. Tardó en dormir porque no pudo evitar llorar casi toda la noche y quizá había dormido una hora o dos. Quien apareció después fue Sam porque estaba esperando demasiado y ayudó a la pelinegra sin rechistar. No le contó nada, pero la morena sabía que algo andaba mal por su cara larga y las contestaciones cortantes que hacía a su familia.

Alex y Eliza llegaron después preocupadas porque solo faltaba una hora para la ceremonia y tardarían quince minutos en llegar. Lena tragó saliva, pues supuso que Kara y Nia estaban abajo donde tenía que esperar con Sam ya que iban todas juntas como dama de honor, pero ninguna de las presentes tenía idea de donde estaban, suponiendo también que estarían abajo, pero Samantha negó ya que se encontró sola.

Finalmente, Nia dio señales de vida, llamando a la mayor de los Danvers para que la esperaran e ir todos juntos como habían planeado, que llegaría en pocos minutos. Eliza frunció el ceño porque lo había dicho todo en singular, pero asintió de todos modos. Así que solo tocaba esperar unos minutos, pero ya habían pasado diez y no había señales de vida.

—Eliza... ¿Por qué están tardando? —preguntó con desesperación al ver que Kara y Nia todavía no aparecieron y la mayor de los Danvers, con un rostro apenado, encogió de hombros—. Joder, impuntuales hasta el día de mi boda... —se quejó mientras agarraba el ramo con fuerza.

Supuestamente, como Kara le prometió, no volverían a hablar del tema; ellas iban a ser maduras, seguir su camino y actuar con normalidad en la boda. Anduvo de un lado a otro y después de cinco minutos, la puerta sonó. Lena iba a quejarse una vez más, a echarle la bronca a las dos, pero se quedó parada al ver a otra mujer en el otro lado de la puerta.

—¿Diana? ¿Qué haces tú aquí?

—Hola, familia... Hola, Lena —saludó con la mano cortésmente—. Sé que no me has invitado a la boda ni tampoco Clark. Pero anoche me llamó Kara y tuve la sensación de que hoy iba a ser todo lo contrario a lo que ella planeaba. Sabía que, sobre todo, te ibas a enfadar con ella porque no hizo realmente las cosas bien, pero si no te lo dijo antes, era porque tenía miedo... —se quedó en silencio viendo como Lena fruncía el ceño poco a poco—. Qué miedo —se corrigió ella misma mirando los ojos de Lena—. Ella tenía pavor. Así que decidí en hacer lo correcto y buscar a esa morena alta con nariz puntiaguda.

—¿Qué? ¿Morena? ¿De qué estás hablando?

—Lena... —se dirigió a la puerta e hizo una seña. Segundos después, apareció esa mujer con la descripción—. Ella es Lois Lane.

—Ah, sí... Es la prima de Clark. Me ha hablado algo de ti.

—Lena, ella no es... —Diana intentó, pero la mujer interrumpió primero.

—¿La prima? Increíble... —soltó Lois con una risa irónica—. Eso es lo que soy para Clark Kent. Lo siento mucho, Lena, pero soy su novia... De hace cuatro años.

—Esto no puede estar pasando... —agachó la cabeza y masajeó sus sientes—. Vale... —señaló a las dos no invitadas—. ¿Dónde demonios están Kara y Nia? —su pregunta hizo que todos los presentes estuvieran en alerta.

—¿Lena? —su madre le cogió del brazo, pero se apartó de inmediato.

—Estoy harta de sus juegos, mamá. ¡Hasta el día de mi boda! No me puede dejar tranquila —chilló cual niña pequeña ganándose las miradas fruncidas de las presentes.

—Espera... —Sam se quedó atónita mientras Alex calmaba a su novia y miró a su mejor amiga—. ¿Crees que esto es una broma pesada de Kara?

—¡Pues claro! ¡Solo para que admita que sí, que estoy enamorada de ella y que me iré con ella al final! ¡Un juego que se ha vuelto enfermizo! ¡Cuando pienso que no puede llegar más lejos, va y lo consigue!

Vecinas incontrolables | SupercorpWhere stories live. Discover now