La fotografía del pasado

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El ruido de las turbinas de los aviones dejaría sordo a cualquiera. A cualquiera menos a Miquel, que ya desde pequeño le encantaba acercarse al aeropuerto de su ciudad y escuchar el motor de los aviones.
Miquel Anderson era un chico peculiar, distinto al resto, tan diferente era que durante su época de colegio sufrió bullying, así como Nora.
Y es que los dos eran muy parecidos, les encantaban las mismas cosas, sus gustos eran similares, tanto que a veces parecían la misma persona.
Se volvieron inseparables y esa amistad de a poco se fue convirtiendo en algo más. Cuando Nora cumplió 11 años se juraron amor eterno, eran unos críos todavía, pues no sabían lo que el futuro les depararía.
Años después, habían dejado de ser niños para convertirse en dos jóvenes con aspiraciones y deseos de vivir, pero también la distancia les había alejado por completo de ser aquellos pequeños que una vez fueron. 
Ahora Nora se encontraba frente a frente con esos ojos oscuros que tantas veces había podido apreciar durante su infancia. También pudo comprobar que ya no tenía flequillo, si no una enorme melena que tapaba sus cejas, a mayores llevaba unas gafas de pasta negra y al sonreír aparecían sus hoyuelos.
Estaba guapísimo, o al menos eso pensó la joven para sus adentros.

- ¿Cómo estás? - preguntó muy emocionado el joven, acto seguido la abrazó con mucha fuerza. Echaba mucho de menos a la pequeña Grace.

- Bien, todavía no puedo creer que estés aquí. Bienvenido a Madrid - esta vez fue ella la que sonrió.

- Muchas gracias, oye ¿a ti no te da vergüenza haberte convertido en una mujer tan guapa? Que descaro...

- ¡Ala que exagerado! veo que sigues en tu línea Anderson - río a carcajadas.

- Siempre Grace, yo siempre ¿tú debes ser Alejandro, el novio de Nora cierto? Emma me ha hablado de ti - le dedicó su mayor sonrisa pero Alejandro solo asintió, no le caía en gracia aquel joven.

- Bueno ¿qué tal el vuelo? ¿te has mareado? - Nora, Alejandro y Miquel salieron del aeropuerto, en dirección a la zona de los taxis.

- Pues no tía, la verdad que bien, como me he tomado la pastilla pues no se me ha revuelto el estómago... oye, que siento lo de Emma

- Nada no te preocupes, dijo que venía esta noche que tenía que hacer unas cosas en Londres o algo así. Más lo siento yo que te has tenido que venir solo en el avión - Emma era experta en dejarles tirados, como Nora ya estaba acostumbrada a sus plantones no se sentía tan mal consigo misma.

- ¿Sabes que el otro día me acordé de ti?

- ¿Y eso? - preguntó con curiosidad. Alejandro también quería saberlo, algo había en él que no le gustaba. No sabía si estaba siendo amable con ella o le estaba tirando los trastos.

- Pues porque estaba embalando las cajas y de repente me encontré con una foto nuestra dentro de un libro.
Déjame que te la busco, que la tengo a mano - Miquel se paró y sacó de su bolsillo derecho del abrigo gris una cartera negra de cuero, al abrirla le dio a Nora una pequeña fotografía de ambos, Nora al verla sonrió.

- Jo, no me acordaba yo de esta foto. Madre mía ¿pero cómo podía tener tan largo el pelo? ¿en serio que esto fue hace menos de diez años?

- Así es, fue el día que nos juramos...

- ... amor eterno, dios mío - Nora no podía dar crédito a lo que veían sus ojos, habían crecido tanto. 

Alejandro miró para el suelo, se sentía un poco fuera de lugar pero Nora al darse cuenta le enseñó la foto.

- Mira cariño, esta era yo con 11 años - Alejandro observó con detenimiento aquella fotografía.

- Pues sí yo te hubiese conocido antes también te habría jurado un amor eterno - dijo mirando fijamente sus ojos claros, provocando que Nora se sonrojase.

- Me caes bien Alejandro, solo espero que la cuides mucho, si no te las verás conmigo

- Bueno ten cuidado que estás hablando con el experto en kárate - dijo sarcásticamente.

- ¿Te lo ha contado Emma?

- Lo dejo a tu criterio - respondió Nora nuevamente con cierta ironía. 

- Vamos que sí, con la lengua larga que tiene... - ambos se reían mientras Alejandro contemplaba la imagen que Nora le había dejado, en la imagen la joven sonreía y si ella era feliz, él también. Porque no había nada que le diese más paz que ver contenta a Grace, solo por eso todo lo vivido había merecido la pena.

•••

He vuelto gente, ya os echaba de menos. Siento muchísimo la espera pero el lunes comencé la universidad y estaba liada. Espero que os guste el capítulo, os vais a enamorar de Miquel porque no tiene que ver con el de la serie, para eso ya tenemos a Santiago que es un pelmazo.
Pronto iréis conociendo a los demás personajes (la madre de Alejandro, los padres de Nora, el hermanastro de Alejandro, etc).
Me encanta poder regalaros cada vez más, sois los mejores.
PD: nos han dado el Norandro endgame, creo que no puedo ser más feliz.

SilviaClandestina

¿Qué soy para ti? //Skam España - Norandro// Where stories live. Discover now