Capítulo 34

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— Sí, lo prometo.—dijo Yoongi sonriendo ligeramente.

—Confío en ti, muchacho.—dijo para ir secando sus lágrimas un poco.—Bueno, ahora T/n, ayúdame con esto.—tomó a la chica de la muñeca y se la llevo consigo.

Estaban arreglando los adornos de la sala. T/n aún no lograba procesar que su abuela había llorado... No entendía por qué...

—Abue...—la curiosidad mató al gato.

—Dime.—volteó a verla mientras terminaba de guardar unas macetas, mostrando una peculiar sonrisita de lado.

—¿Por qué... ya sabes... lloraste?—la chica se mostraba tímida.

La abuela dejó las cosas de lado y caminó hacia su nieta.—Esa pieza, —comenzó.— si no me falla la memoria es el Nocturno No. 2, Op. 9 de Frédéric Chopin, la solía tocar tu papá cuando eras una recién nacida.—la mujer sonreía ampliamente, con sus ojos aún cristalizados.—La forma en la que la toca Yoongi me recordó mucho a él; tenía una manera muy peculiar de tocar las teclas y mostrar sus expresiones faciales. Tu padre también cerraba los ojos mientras tocaba.—comenzó a reír.

Es cierto... T/n se sorprendió mucho... Yoongi en serio había logrado que su abuela recordara a su amado padre. Claro qué tal vez no era lo que pretendía a la hora de tocar la pieza, pero es inevitable pensar que la coincidencia era enorme... ¿O era destino?

Al no saber cómo reaccionar, la chica sonrió tímidamente mientras miraba sus manos... Solo pensar en Yoongi la hacía sentir un cosquilleo en la panza, sonreír y querer tenerlo a su lado para abrazarlo fuertemente.

...

—Gracias por los helados, pero ¡se supone que yo debí haber pagado!— dijo T/n haciendo un puchero.

—Bueno, pero yo quise pagar.—Yoongi pintó una sonrisita en su cara y luego miró a T/n fijamente a los ojos.

La chica comenzó a ponerse nerviosa, se puso un mechón de cabello detrás de su oreja y volteó hacia el piso, sintiendo de repente una mano en su cintura.

Amaba esa sensación, esas cosquillitas en la panza cuando Yoongi la acercaba a él, adoraba la emoción que sentía al verlo y lo feliz que era junto a él.

La paz y el silencio que había en la calle fueron interrumpidos cuando el celular de Yoongi comenzó a sonar alocadamente, causando que este soltara la cintura de su novia y sujetara el dispositivo para contestar la llamada.

—¿Hola?—preguntó a la persona al otro lado de la línea.

T/n miraba atentamente. Estaba nerviosa; era muy tarde, incluso se sorprendió de que la heladería siguiera abierta, no tenía idea de quién podría estar llamando a Yoongi en estos momentos.

—Sí.—soltó Yoongi en respuesta.—De acuerdo, gracias.—colgó, para después ver a T/n, quien no podía evitar mostrar una cara de confusión.—Es el hospital.

Al escuchar esas palabras, T/n solo pudo abrir más los ojos.—¿Es por tu mamá?—preguntó misteriosa.

Yoongi solo asintió con la cabeza. La chica tomó la mano de su novio y la sostuvo fuertemente, mirándolo a los ojos y asintiendo levemente. Ambos comenzaron a caminar en dirección al hospital, donde un doctor los recibió.

Después de escuchar la forma de cuidado, las restricciones y la orden de medicamentos que debía tomar la señora Min, Yoongi se dirigió a la habitación, viendo cómo la mujer estaba sentada en la cama mirando al piso, jugando con sus dedos.

El chico se fue acercando lentamente a su mamá, ella levantó la mirada. Se hizo un gran silencio, todo el hospital parecía estar en calma, por lo que a penas se alcanzaban a escuchar pasos del personal. Eso solo hacía que la conexión entre las miradas de madre e hijo fuera aún más incómoda.

—Vamos.—dijo Yoongi, tomando la bolsa que había sido colocada al lado de la mujer sobre la cama. Más no tardó en ver que su muñeca estaba siendo sostenida por una delicada mano, que parecía seguir frágil.

—Yoongi.—el nombrado se congeló al escuchar su nombre. Volteó a ver a la mujer de bolsas negras enormes y ojos rojos.

—...—no sabía si llamarle o responderle, simplemente presionó sus labios mientras desviaba lentamente la mirada, rompiendo el contacto visual.

—Hijo...—esta vez ya no pudo más. Soltó la bolsa, acercó una silla y se sentó frente a ella, escaneándola una y otra vez de pies a cabeza.

La mujer parecía estar confundida, sin saber cómo empezar, haciendo de Yoongi un manojo de nervios y confusión. Finalmente miró a su hijo a los ojos  y soltó una lágrima. Levantó el brazo.

Yoongi lleno de terror agachó la cabeza, listo para lo que fuera, pero se sorprendió al sentir un ligero masaje en su cabellera, unos dedos que lo desordenaban suavemente... sintió cariño...

Levantó la mirada una vez más para ver cómo su mamá lloraba desconsoladamente.—Perdón.—soltó la mujer.—Perdóname Yoongi.—soltó el cabello del nombrado y se tapó el rostro con ambas manos, sollozando fuertemente.

Pensó varias veces... una y otra, una y otra vez... Era la misma pregunta repitiéndose sin cesar en la mente del chico.

¿Debería perdonarla..? ¿No era él el culpable..? ¡NO! ¡El no tenía la culpa! Pero tampoco su mamá... La muerte de su papá no fue culpa de ninguno de los dos... Solo fue un accidente...

Después de mucho tiempo y gracias a las palabras de T/n, supo perdonarse a sí mismo... ni siquiera necesitaba hacerlo; no fue su culpa. Pero en mucho tiempo jamás se había sentido tan tranquilo consigo mismo.

No fue su culpa, tampoco la de la señora Min.

La mujer sintió dos manos posándose sobre las suyas, acariciando su piel mientras las alejaba de su mirada. Ahí se encontró con los ojos de su hijo... su amado hijo, al que le había hecho tanto daño sin razón...

—No es tu culpa... Tampoco es mi culpa...—murmuró Yoongi.—Solo fue un accidente...—sus miradas jamás habían estado tan conectadas.—Mamá...—soltó, poniendo en alerta su madre.

Te perdono...

Imagina con Suga; I Need U... [Suga y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora