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Pham es, por decirlo de alguna manera, la mujer ideal. Al menos para Habla lo justo, pues ella misma se da cuenta de de sus limitaciones intelecauales. Su objerivo desde adolescente era ser miss y lo logró hace cinco años en un certamen de costa, así que con su titulo y pocas o ninguna posibilidad de enconrar un empleo estable a largo plazo, ha ido ganândose la vida como azafata de eventos mientras picoteaba aquí o allá a la espera de un marido rico (si además puede ser joven y atractivo, mucho mejor, aunque no son requisitos indispensables) que le solucionara la vida. Por increible que parezca, me he topado con unas cuantas que actuan y piensan de igual modo, pero yo les dejo muy claro que conmigo ni lo intenten, lo que lo simplifica todo, ya que en este impasse yo me divierto y ellas tienen la oportunidad , cuande me acompañan a eventos o cenas, de tantear el terreno. Y mientras no aparecen el tipo rico al que embaucar, yo me las tiro y todos tan contentos.

Y en eso estoy ahora. Miro hacia abajo y aparo su lustrosa y exuberate melena rubia (teñida) para ver bien cómo me la chupa. Pham se esfuerza, aunque hoy se muestra un poco desanimada. Estoy tentado de preguntarle cuál es el motivo, pero opto por no hacerlo, va que una de las normas básicas en una relación como esta es no interesarse por los problemas ajenos. Yo no le cuento cómo me va la vida y ella tampoco. Follamos, nade más, Le iro un poco del pelo para ver si mejora la cosa, y parece funcionar, ya que Pham ronronea y su boca empieza a trabajar con más entusiasmo. Mantengo la presión para recordar en todo momento que no debe bajar la guardia y que si una pretende hacer una mamada decente, lo mínimo que puede hacer es ser competente y llegar hasta el final. Nada de apartarse en el último momento. Arqueo la pelvis, metiéndosela un poco más. Estoy siendo un poco cabronazo, pero sé que a Pham eso la pone, como a muchas, aunque después alguna que otra se ponga petarda y se averguence, pero luego vienen a por más.

Comienzo a respirar más rápido y a moverme, noto la tensión, voy a correrme.  La sujeto bien del cuello para que no se aparte y gruño empujando hacia arriba.
-Buena chica -susurro, tras liberar toda la tensión.  Ella se incorpora y Ella mira disimulando su malestar.  No por las palabras, sino por el tono condescendiente, pero ¿qué esperaba?  ¿Una medalla?
-Sigue en pie la cena del sábado? -Me pregunta, abandonando la cama.
Se nota que ella tiene sus prioridades.  No la culpo, pues yo tengo las mias Deambula por la habitación exhibiendose.  Quizá cree que antes salir de la habitación del hotel (nunca me las llevo a casa) le echaré un polvo.  pero ya se lo he dicho cuando me ha llamado a la hora de comer.
No dispongo de mucho tiempo, pues esta noche en el Cien Fuegos tenemos una cena muy importante y debo estar presente.  Sólo me escapado media hora. 
-Si, por supuesto -respondo, abrochandome los pantalones.  Ni siquiera me he desnudado;  no hacia falta. 
Tras mirarse bien en el espejo.  Pham se retoca el maquillaje.  Siempre va perfecta.  Me mira de reojo, no pierde la esperanza, pero se va a quedar con las ganas.  No puedo permitirme el lujo de fallar en mi trabajo y menos por una mujer que, françarmente, estará muy buena, pero me resbala.

-¿Me vienes a recoger como siempre?

  -Por sipuesto.  Te envio un mensaje cuando salga de casa para que estés preparada en el portal digo, ajustándome la corbata.  Me despido de ella con un beso rápido en la comisura del labio y abandono la habitación sin ningun tioa de remordimiento.  Aqui todos somos mayorcitos y por tanto sabemos a lo que venimos.
Me ha parecido oírla decir «cabrón, sin sentimientos », aunque me da igual y no me sorprende.  Llego al Cien fuegos con tiempo suficiente, tal como me gusta.  Saludo a los camareros y me encanino hacia la cocina, pues a pesar de que no sé ni freír un huevo, me gusta estar alli, entre otras cosas para provocar un poco al  chef, Toptap.  Es tan fácil pincharlo,  Tiene ese aspecto de niño bueno, incapaz de romper un plato, y aun asi no sé por qué me excita.  En más de una ocasión he intentado ligármelo, pero no ha habido manera.  Me ha rechazado con sutileza más de una vez y lo que me ha dejado más perplejo es que, lejos de enfadarse, la alegado un motivo que para el  es de lo más trascendental, pero para mi es ridíulo.  Está enamorado.  Bah, ¿se puede ser más antiguo?  ¿Qué tendrá que ver una casa con otra?  Pues nada, no he tenido suerte.  Toptap insiste en ser mi amigo, lo cual resulta aún más absurdo, porque es un poco tonto, pero no tanto como para no darse cuenta de que quiero llevármelo a la cama, Claro que  mis opciones han disminuido drásticamente hasta no querame ni una sola  , ya que se ha reconciliado con su novio.  Algo que tampoco deberia ser impedimento para pasar un buen ato.  Pero nade, Toptap es uno de esos hombres que no se dan ni un respiro y es de lo más clásico.
Un novio del que, por cierto, Lo sé todo.  No porque sea aficionado a los cutilleos, sino porque tuve que echarle un cable a nuestro chef y de rebote me informaron de los pormenores. 
Ahora que los conozco, me cuesta todavia más conciliar la imagen de hombre un poco soso y más bien mocosito con una echate para adelante, porque hay que tenerlos bien puestos para hacer lo que hizo.  Enfrentarse a una señora con mucho poder, y sobre todo influencias, con tal de que su relación no se fuera a pique.

Yo, desde luego, ni me hubiera molestado.  De Verdad merece la pena arriesgar tarto por otra persona?  ¿Esa chorrada del poder del amor todavia hay quien se lo trague?  En mi caso no he tenido ni que planteármela, pues nunca se ha dado el caso de que tenga que esforzarme por una mujer o hombre, y ya puestos, no creo que nunca llegue a darse. 
-Hola, Bright –me saluda amable y me da dos fraternales besos.  Es el único contacto que me pemmite.

-Bueras tardes, todo listo?  -pregunto mirándolo con atención.  Debajo de la ropa de trabajo esconde un buen cuapo, lo intuyo, porque él  es incapaz, de lucirlo.

  -Pues sí, don  exigente replica y salyo de la cucina en direccion a mi despacho, Nunca está de mas asegurarme de que todo está perfecto.  Me sirvo una copa y mientras se enciende el ordenador reviso los mensajes del móvil.  La mayoria no son importantes y no les presto apenas atención.  Me siento en el sillón y cierro los ojos sóla un instante.  Tengo por delante una importante cena de negocios y, aunque se supone que Pham y su cuestionable boca han conseguido relajarme, no es asi, pues desde hace ya  tiempo ni follando a lo vestia consigo liberar la tensión acumulada.

Sólo existe une forma y  , la verdad no quiero volver al infierno.  Asi que me concentro en lo importante, en el trabajo, nada de autocompasión ni de perder el tiempo con gilipolleces semejantes.  Ahora estoy en el lugar donde siempre he querido estar y por el cual he luchado.  No merece la pena distraerse.



Hola, Hola espero les guste está adaptación, como dije en mi historia anterior ya no cuento con mucho tiempo para escribir Pero amo a Brightwin y toda historia que leo quiero que sean ellos los protagonistas , estaré actualizando por lo menos 1 día por semana, quizás algún día no me dejen mucha tarea o el trabajo no me quite mucho tiempo y pueda aumentar los días de actualización. Bye

No le digas a nadie Where stories live. Discover now