15

646 99 1
                                    

Creo haber aprendido la lección.  Es que, tras el desesperante desencuentro con Win, algo que no pienso volver a reperir, le he enviado un mensaje a Pham.  Es lo mejor, una sesión de sexo complaciente con una omega que, si bien no dispone de una inteligencia sobresaliente, al menos no da por el saco con cuestiones ridículas. 

De acuerdo, Win por lo visto ha tenido un matrimonio complicado, pero maldita sea, eso no significa que todos los tíos sean igual de gilipollas, y menos aún que se come de manera literal unas palabras que sólo se pronurcian en determinario contexto.

  Pham me responde con un mensaje cargado de emoticonos, diciéndome que el próximo fin de semana está disponible.  Bien, eso son tres dias de espera nada más.  Perfecto, podré soportarlo.

Aun así, quiero sabee más de Win, quién es, detalles, y para ello nadie mejor que recurrir  a un viejo conocido, al que la verded es que no me gusta pedirle favores, me recuerca tiempos en los que no tenía yo bien la  cabeza, sin embargo, no me queda más remedio.

-Vaya, el hijo pródigo -me suelta, disimulando una sonrisa.

-Guy Sivakorn no me toques la moral -replico, acercándome al mueble bar para servirme una copa.

-Hacia tiempo que no te veia el pelo.  Te esfuerzas demasiado en fingir que no me conoces, pero luego bien que hacemos negocios juntos.  Por cierto, aún no te agradecido lo suficiente que me enviaras a tu equipo del restaurante para servir en la fiesta. 

-La gente venía a follar, no a probar delicatessen -replico, cogiendo una botella de whisky escocés para servirme un vaso. 

-No te creas, muchos me han pedido que repita el mismo servicio de catering.

- Pues sintiéndolo mucho no va a poder ser.  Si se me ocurre decirle a el chef que tiene que organizar la comida para otra fiestecita de las tuyas, se me despide, pero antes me corta los huevos.  Sonrío pensando en Toptap, que aún me la tiene jurada por aquel encargo.  Mejor no me arriesgo.-He venido por otro asunto ...

-Por el tono se diría que es algo ¿desagradable?  ¿Quieres volver al negocio del entretenimiento?

  Guy es único tocándome la moral, recordándome que hubo un tiempo en el que sólo pensaba pasármela bien, divertirme con l@s omegas del local y de paso colocarme hasta las cejas.  Día tras día.  Me costó Dios y ayuda a abandonar aquella rutina destructiva.  Paso por alto su comentario, porque denominar «entretenimiento» a lo que yo haría es ser cínico hasta decir basta.

-Conoces a todo el mundo, necesito información -digo sin ambages.

-Conozco a quien merece la pena conocer -replica indolente.

Sé que es bien cierto.  En su mundo es fundamental codearse con gente que, llegado el momento, pueden echarte un cable, pero para ello tiene que prestar antes cuantos servicios se requieran, sin hacer preguntas. 

-Win Metawin, redactor jefe de Secrets, una revista Omega. 

-No tengo el placer de conocerlo.  -Guy arquea una ceja-.  Aunque por tu interés deduzco que es alguien importante .. al menos para ti.

-Solo necesito saber quién coño es, nada más.  No te hagas pajas mentales.  Vale.  Veré qué puedo averiguar. 

-Gracias por la copa digo a modo de despedida.  Lo mejor es permanecer allí el menor tiempo posible.  El club que dirige Guy fue en otro tiempo una especie de cárcel en la que yo mismo elegí encerrarme.  Ahora sólo es un negocio, un fondo de inversión.  Regreso a la oficina.  Tengo que dirigir un restaurante y, pese a que mis colaboradores saben realizar sus tareas con independencia de si estoy yo o no, prefiero supervisarlo todo.

Saludo a un par de camareros que están oıganizando las mesas para el servicio de cenas y me dirijo al despacho.  Primer objetivo, no pararme a hablar con nadie, consiguió;  sin embargo, no he terminado de acomodarme tras mi escritorio cuando llaman a la puerta.

- Adelante digo de mala gana. 

-¿Se puede?  - pregunta Toptap con una sonrisa que, conociéndolo, significa que quiere pedirme algo que no me va a gustar.

-Si te digo que no, me dejarás en paz?

  -¡Cómo eres!  -exclama, entrando con unos papeles en la mano que deja sobre la mesa para que yo los mire.
Les echo un vistazo rápido;  más tarde los revisaré con detenimiento.

-Por cierto, aún no te he felicitado -digo, señalando su vientre todavia plano.  El sonrie inocente, sin duda encantado con mi cumplido y por supuesto con su estado.

- Gracias.

- Por fin el gran Alfa ha acertado ... dejo caer el comentario con retintin.

-No seas malo, en el fondo sé que te alegras.

-Muy en el fondo.  En unos meses te cogerás la baja de maternidad y tendré que buscar un sustituto -alego-.  Pero conociéndote, supongo que ya tienes a alguien en mente. 

-Tranquilo, señor precavido, aunque no venía a hablarte de eso.

¿Entonces?  -Me reclino en el sillón y me preparo para aguantar las tonterías de Toptap.

-Quería hablar sobre la entrevista que me propuso Win.  Disimulo mi disgusto, no por el asunto de la entrevista, sino por oir su nombre.

-Ya te lo dije, haz lo que tú quieras -contesto en tono hastiado, con la idea de dar por zanjado el tema.

-Ya lo sé, pero ... No sé, me dio la impresión de que ese omega es importante para ti. 

-Joder, ¿y por qué piensas eso?  inquiero mosca.

- Bueno ... en otras ocasiones en las que te he visto acompañado, parece que llevas un llavero colgando, no les prestas mucha atención,  Sin embargo, la otra noche estuviste pendiente de Win durante toda la cena.  No nos pasó desapercibido a nadie, lo vigilabas.
«Lo que me faltaba por oir», pienso.

-Imaginaciones tuyas.  Como vives en la calle de la piruleta, donde todo es amor y buen rollo, crees que los demás también alucinamos en una nube rosa de algodón de azúcar -replico malhunmorado.

-Ya ... claro ...

Toptap, ese tonito escéptico no te pega.  ¿Algo más? 

Sólo quería  comentarlo contigo, por si te gusta saber que, por una vez, me cae bien un@ de tus acompañantes.

-Eso lo dices porque no se comió a Mike con los ojos, que yo también me fijo. 

Toptap sonrie victorioso y entonces me doy cuenta de que he metido la pata hasta el fondo.  Con mis palabras he confirmado sus sospechas. 
Joder,- pues claro que estuve pendiente de Win toda la puta noche, en especial porque el no me hizo caso.

-Entonces lo llamaré antes de que me ponga gordo como un barril para hacer la entrevista.

-Asegúrate de nombrar el Cien Fuegos unas cuantas veces -le digo gruñón. 

-De acuerdo.-Se acerca y, como siempre, se despide de mí con un beso maternal en la mejilla que veces me sienta como un bofetón, porque me recuerda lo que podria considerar un fracaso.  No conseguí tirármelo.





Y alguien ya se enamoró y no lo quiere aceptar, nos vemos mañana en  una nueva actualización

No le digas a nadie Where stories live. Discover now