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apuntándome, a ver quién es el valienye que le lleva la contraria.

  -Entonces, segun tu teoria .. -ronronea, inclinándose hacia delante, aunque no lo suficiente como para que yo pueda atrapar uno de sus apetecibles pezones- siempre pagas con la misma moneda,

-Lo intento, sí -Confirmo Con voz ronca, pues  sus manos estan jugando con el cordoncillo de mis pantalones de deporte y de paso rozando mi erección, que espera, ansiosa, a que de una jodida vez la liberen del confinamiento de la ropa.

-Sólo lo intentas?  -me provoca deliberadamente.  Esto se merece una respuesta contundente y se la voy a dar.  En cuanto pueda, porque me tiene abducido. 

-Acércate un poco más ... le pido y, para comprobar si obedece, yo mismo me encargo de bajarme un poco los pantalones, a ver si siendo directo el deja de ponerme de los nervios y se descuida. 

-¿Y qué me darás a cambio?-  Suspiro, porque quiza es un experto calientabraguetas y me va a provocar hasta dejarme con un dolor de huevos insufrible.  Da igual, en cualquier caso hace tiempo que no encuentro tan excitante esto de follar, así que correré el riesgo. 

-No me apetece negociar., .. -Win me pone morritos y se acerca a mi boca-, Bueno, sí, me apetece., tus pantalones por los mios. 

-Humm vale. 
El cumple su parte del trato dejando a la vista sus piernas, que si bien distan de ser las de una molelo, tienen su atractivo, quizás porque estoy hasta el gorro de omegas perfectas (en el fisico).  Sus boxer tampoco son lencería espectacular, son negros, sencillos, y ardo en deseos de rompérselos.  Estoy hasta las narices de íntimos  caros con las que no se puede jugar agusto.  Claro que si alguna viene diciendo que quiere romper mis bóxers de seda, a lo mejor tambien se lleva un zas en todos los dientes. 

-¿Y qué pasa con esto?  -pregunto, metiendo un dedo y tirando del elástico.  El  me señala, sorrio y cumplo mi parte.  A la porra la negociación, me desnudo por completo y listo.

-Interesante -ronronea, humedeciéndose los labins, y empieza a bajarse despacio los sencillos boxer con una sensualidad increíble y, para rematar la jugada y ya tenerme a sus pies, me los arroja con cierta saña y caen sobre mi cara.  Las aparto de un manotazo y cuando vuelvo a mirarlo, el  está a horcajadas sobre mí y se va inclinando de forma que poco a poco vamos entrando en cotacto. 
Creo que es la única opotumidad disponible para darle la vuelta a la tortilla.  Win murmura algo antes atrapar mi labio y tirar de el, acto seguido me besa.  No, esto no es un beso, esto es un Saqueo puro y duro y durante  unos segundos pierdo la concentración y me dejo mangonear;  me encanta dejarme mangonear.  El se incorpora y fija sus ojos en los míos.  Algo se propone, no pienso ceder ni un milímetro más.  Aprovecho y lo agarro del culo.  Me impulso hacia arriba y por fin logro someterlo, al menos en parte, pues el condenado se resiste. 

- Numeritos de dominación a mí no -dice serio y me acojono al recordar las palabras de la señora Galiana. 

-No quiero dominarte.

-Pues lo parece. 

-Ni se me ocurriría ... Ahora soy yo quien se inclina para besarlo, pero nada de ser agresivo, intento ser cuidadoso e ir acomodándome entre sus piernas.  Lo toco, sigo el mismo ritmo lento.  Voy rozando con mis labios dilerentes puntos, ya estoy cerca de su pecho, a pocos centímetros de su pezón, que quiero chupar a conciencia.  Win hecha los brazos hacia atrás, aceptando que de momento yo tengo el control.  Reconozco que me resulta extraño, pues por norma general yo sólo pensaría en mi y en mi polla.  A estas alturas ya habria empezado a empujar como un campeón para correrme y listo, sí que en otro momento intentaré comprender por qué con este me comporto de forma diferente.  Sigo descendienda, ya tengo uno de sus pezones a tiro.  Levanto un instante la vista.  Win ha apoyado sobre los codos, supongo que para observar con detalle lo que estoy haciendo.  Pertecto, un incentivo extra para esforzarme.

No le digas a nadie Où les histoires vivent. Découvrez maintenant