31

545 96 5
                                    

-No me apetece darme una ducha fria -Susurro con mi boca casi pegada a la suya ,.
Win se muerde el labio, sin parpadear. 

No sé cóno tomármelo, ¿no es un poco extraño que no replique?  Inspiro hondo.  Un escalofrío me recorre el cuerpo.  Hasta siento frío, quizás porque llevo la ropa aún empapada de sudor tras mi sesión de gimnasio.
Tanto silencio me inquieta y excita a partes iyuales. 

-Tal como están las cosas tienes dos opciones. - murmuro, ya que el sigue mudo-  La primera y mas sensata es dar media vuelte y largarte sólo por donde has venido.
Win coge aire y yo me revoluciono.  Me acerco todavia más.  Le aparto el pelo para pegar los labios a su oreja.-La segunda, entrar en mi casa, arrodillarte y chupármela hasta que me corra en tu boca.
¿Ha gemido o son imaginaciones mías producidas por mi estado de excitación?  La ropa de licra que llevo se me pega al cuerpo y no puedo ocultar que estoy cachondo.  Y mucho además.  Win es muy consciente de ello, pues me aprieto contra el, encajando casi a la perfección en su sexo.  Se separa un poco más las piernas ... hasta me podria restregar como un perro  Maldita sea, qué bajo estoy cayendo.

-Yo tengo una tercera sugerencia -murmura en mi oído, poniendo una mano sobre mi erección.  No aprieta, deja que el simple contecto me vuelva loco. 
Joder, qué listo es. 
Gimo sin poder evitarlo y trago saliva para preguntar:

¿Cuál?

Win hace commigo lo que quiere, a las pruebas me remito. 

-Podria .. -Hace una pausa.  Me muerde el lóbulo de la oreja con suavidad, a modo de promesa.  Definitivamente estoy perdido-.  Observar cómo te das esa cucha fria.

-Joder.  -Jadeo, porque su mano se vuelve más resolutiva.  Me manosea a su antojo, logrando convertirme en un titere.

-Tu decides -Añade con un toque de lo más perverso.
Esto de ponernos a tono en el descansillo se está convirtiendo en un hábito peligroso.  pero tan excitante que lo única reacción posible es dejarse llevar por la tentación.  Y lo hago Deslizo una mano por debajo de su pantalon, recoriéndele ansioso hasta llegar a su sexo.  Así, al tacto, deduzco que lleva uno de boxer que resultan tan sexis.  No pierdo el tiempo introduzco la mano dentro para meterle el dedo, siendo muy consciente de lo brusco que he sido,

Win jadea.  No parece disgustado por mi toque rudo, más bien todo lo contrario, pues me muerde el cuello.  Yo quiero devorar su boca y con la mano libre lo agarro de la nuca,  obligándolo a mirame para poder besarlo.
El  se muestra todo lo receptivo que necesito para proseguir.  Continúo tocándolo entre las piernas, sólo con un dedo, no voy a permitir que se corra;  quiero sacar un poco mas de vertaja, pues sé que en cuanto estemos dentro de casa, seré yo quien caiga a sus pies.  Con la lengua recorro cada recoveco de su boca, lo muerdo incluso arqueándome, como si de verdad me lo estuviera follando.

-Ya no hay marcha atrás gruño al alcanzar un nivel de excitación muy dificil de soportar. 

-Pues abre la puerta o fóllame aquí replica el y no puede ser más explirito. 

A pesar de que la tentación de hacerlo es muy fuerte, me queda un minimo sentido común y me aparto, torciendo el gesto al perder el contacto.
Le ecerco a los labios el dedo con el que he estado masturbéndolo y Win lo chupa.
  No albergo dudas.
  Abro la puerta con el pegado a mi espalda, siguiendome sin vacilaciones.
Una vez dentro, me lanzo como un animal en celo.  Creo que hasta le le hecho daño al empujarlo contra la pared.  A trompicones, llegamos hasta el cuarto de baño de mi dormitorio;  no voy a ser tan idiota de ir al otro y arriesgarme a que recapacite, aunque por cómo me mira y jadea, dudo mucho que se largue dejándome empalmado.

- Levanta los brazos - ordena, tirando de mi camiseta deportiva.
Obedezca y después el se encarga del resto de la ropa.  Yo mismo me quito las zapatillas y los calcetines mientras abre los grifos. 
Tengo una erección que debería ser atendida cuanto antes, pero no pasa nada por asearme antes del sexo oral.

-Su baño está listo, señor -me indica Win en un tono servil tan falso que me hace sonreír de medio  lado.

- ¡Joder!  grito al notar el agua helada sobre la piel.  Con el recalentón que tengo es como si fuera alfileres.

-Una ducha fría, tal como has pedido -murmura, regodeándose ante mi cabrea y mira de reojo mi polla por si acaso se ha visto afectado.

-Ven aqui .. -digo con voz ronca y el se percata de un hecho irrefutable:  la venganza es inmediata y además se sirve fria.
Antes de que se me escape, lo sujeto del brazo y tiro para meterlo dentro conmigo. 

-¡Cabrón!  -chilla, intentando apartarse, lo que, por supuesto, no voy a permitir. 

-Lo tomaré como un cumplido -  replico besándolo.  Aparte de la satisfacción que me produce tocarlo, tenerlo a mi disposición, es un añadido verlo en la ducha con la ropa empapado.  Hay una razón más, sin duda la más sibilina y rastrera, no lɔ niego: pensar que quizá no disponga de ropa seca para cambiarse y se vea obligado a quedarse toda la noche,

Tras besarlo a conciencia, pese al agua fría, me ocupo  de regular el agua.  A los pocos segundos la temperatura resulta agradable, mucho mas acorde con el ambiente sexual que se respira.  Nos miramos a los ojos  con la elegante camisa empapada, Win resulta aún más excitarte si cabe.
No pienso quitársela.  Me gusta.  Me aparto el pelo mojado de la cara de un manotazo.  Me desharé sólo de lo imprescindible y mis manos van directas a la cremallera del pantalon, que arrastro hacia abajo junto con el boxer azul marino.  Se queda sólo con los calsetines.

-Levanta una pierna -ordeno, empujándo a hasta que queda bien pegado a la pared del fundo, - y rodéame con ella la ciutura.

- ¿ Así?  -  pregunta coqueto, pasando las manos par la parte superior de sus muslos  justo en la  proporción . 

-Más o menos -gruño, por mostrarse tan poco predispuesto a dejarse guiar, a la par que desafiante.  - Pero si quieres que esto salga bien, necesito un poco más de colaboración. 

-Te seré sincero -ronronea sin dejar de tocarse.  - Lo de follar en la ducha debe de tener su encanto no lo  pongo en duda.
Arqueo una ceja mientras me acerco a el, dispuesto a tomar el mando.

-Da la impresión de que no lo hayas hecho nunca -me aventuro a decir

- Pues no, señor Vachirawit, No todo el mundo dispone de su excelso currículo.

  -Reconozco que no es fácil –admito, besándolo en el cuello para que nada se enfríe.

-  No niego que es una fantasia muy recurrente, pero es seguro?  inquiere, agarrandome  la polla. 

-Seguro?

-  Mẹ refiero a si no acabaremos rompiéndonos la crisma, porque esto resbala -contesta, señalando el plato de ducha.

-Tú déjame a mí –digo. 
Lo que tiene que hacer uno por echar un polvo.


Y aquí les dejo otro capítulo, debido a que tengo que estar en cama por salud no grave por cierto, si si tengo que reposar, escribir leer y editar me ayudar á no aburrirme

No le digas a nadie Where stories live. Discover now