18

592 100 7
                                    

Estoy acostado hacia arriba en la cama, recuperandome tras haberme corrido.  Deberia haberme vestido ya y dejado a Pham, pero la omega  se currado , asi que me siento generoso y me acerco ella.  Empiezo a acaricierle las piernas por la parte interior mientras Pham permanece tumbada a mi lado, expectante.  No voy a jugar con ella, asi que me inclino y empiezo a besarla justo por encima de sus pechos de diseño (la conoci poco despues de que se hiciera los implantes) para acomodándome sobre su cuerpo.  Siento sus manos en mis hombros, sé que está excitada y que si quiero puedo penetrarla ya, sin embargo, se merece algo más que un polvorápido.  Le meto un par de dedos, percibo su tensión, gime y le muerdo con suavidad un pezón.  De reojo veo como estira el brazo para coger un condón (aunque podría follar a pelo con ella, no termino de fiarme) y me lo entrega. 

-Fóllame ya -ronronea. 

- Como quieras -convengo, ya que si no quiere que me esfuerce más allá de cuatro empujones, ¿para qué lo voy a hacer?  Me pongo el preservativo con rapidez y medio minuto más tarde la estoy metiendo.  Embisto con fuerza, esto va a ser un visto y no visto.  Es lo que Pham quiere.  Perfecto, con un poco de suerte estoy de vuelta en casa antes de medianoche.  Sigo empujando, giro las caderas para cambiar el ángulo. 

Pham jadea cada vez más alto.  A veces tengo la sensación de que finge.  Bueno, si lo hace peor para ella.  A mí me falta poco.

  -Brigh t .. -gimotea.  Estoy a punto ...

-Me alegro -murmuro sin perder fuelle.

  Cuatro arremetidas bruscas, profundas y me corro.  Pham se retuerce y me aprieta con las piernas, así que supongo que no he sudado en vano.  Me retiro con rapidez.  para quedarme tumbado boca arriba.  Podría besarla, decirle alguna palabra cariñosa, pero no se me ocurre nada aceptable, así que me dedico a relajarme.  Ella se mueve, supongo que querrá vestirse, me importa bien poco.  Sin embargo, me toca, así que abro un ojo y observo qué se trae entre manos. 

-¿Qué coño haces?  -pregunto, suspechando lo peor. 

- ¿No lo adivinas?  -replica, utilizando mi abdomen para prepararse una raya. 

-Joder, creía que la habías dejado -mascullo, con unas ganas tremendas de unirme a ella y mandar a la mierda tres años de esfuerzos para estar limpio. 

-Y yo -responde riéndose-.  Pero de vez en cuando lo necesito para seguir adelante.  Llevo una semana de mierda ... Se mete la primera raya.  Yo cierro los ojos e inspiro, porque para semana de mierda la mía,

-Joder, Pham ..

-No me mires así, tío, no es la primera vez que lo hacemos, antes te gustaba esnifar sobre mis tetas. 

-No me lo recuerdes ... -gruño y con la poca fuerza de voluntad que me queda, la aparto y me limpio el abdomen.

  -Eh, tio, que no la regalan -protesta, pero no estoy para zarandajas y comienzo a vestirme. 

Tendría que haberme dado una ducha;  sin embargo, son tantas las ganas que tengo de salir de ahí para evitar cometer una estupidez, que me marcho como alma que lleva el diablo y pongo rumbo a mi apartamento.  Menos mal que el trayecto a casa ha sido rápido, porque no estoy para sutilezas.  A pesar de haberme follado a Pham, sigo tenso, con una especie de inquietud interior que me pone de muy mala hostia.  Supongo que un rato bajo el chorro de agua me ayuda.  Al menos eso espero.  No he terminado de vestirme tras la ducha, que presuponía relajante, cuando alguien dispuesto a tocar los cojones llama al timbre.  Es lo que se me pasa por la cabeza mientras camino malhumorado hacia la puerta. 

-Una ofrenda de paz -murmura Win mostrándome una carátula de DVD-.  No, eh traído palomitas.  Sé que no te hacen mucha gracia. 

Mantengo la puerta entornada.  No quiero, mejor dicho, no debo dejarlo pasar.  Lo miro en silencio.  Como me descuide, se carga la endeble relajación que logró con la ducha, porque follar con Pham ha sido incluso contraproducente. 

No le digas a nadie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora