Capítulo 22

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Antes de iniciar la lectura, pido (suplico) a las lectoras de la versión pasada que no pongan comentarios relacionados a esta. Gracias de antemano.

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Cuatro armas apuntando a Eloah Kozlov no son suficientes para hacerlo cambiar de expresión, mi impulso es inmediato; intento levantarme, pero él sujeta mi hombro con delicadeza y me da allí un apretón.

―Artemisa, ven acá ―ladra Thompson.

―No ―digo con calma, relamo mis labios y miro el vaso con jugo a medias―. Sobreviví a la casa rusa casándome con Eloah ―confieso y Emma deja caer los platos, es la única que no apuntó a mi esposo aparte de mamá―. Estoy embarazada, el matrimonio acabará cuando nazca el bebé ―, los miro con temor, todos están viéndome en shock.

―Arti... ―susurra mamá, no parece comprender del todo.

―Eloah es el Boss de la mafia rusa, mamá ―le explico―, y yo soy la dama ―. Miro a Thompson, no luce inclinado a bajar su arma, pero Jackie sí, ella la deja sobre la mesa mientras Jackson flaquea y la imita, solo que no la suelta, la mantiene en su mano.

―Artemisa está bajo mi protección, la Yakuza no la tocará mientras yo viva ―comienza a decir Eloah―, ni a ella ni a mi hijo.

―O hija ―gruñe Charlotte, parece furiosa―, supongo que la dejarás en paz si es niña ―, relamo mis labios, ella sabe sobre la mafia rusa, trabaja con Tommy, y mi ex novio se especializó en rusos mientras yo lo hacía de los italianos.

―Esa decisión le pertenece a Artemisa ―, me levanto lentamente, la mano de Eloah cae de mi hombro, pero la atrapo y envuelvo con mis dedos, sin embargo, mi mano se vuelve pequeña junto a la de él.

―Baja el arma, si le disparas o lo entregas no harás más que destruirme ―le digo a Thompson, si Eloah llegara a morir sería yo quien quedara a la cabeza de la mafia hasta que mi hijo pueda tomarla, eso suponiendo que será niño, si no lo fuera, tendría que esperar que uno de los sobrinos de Eloah crezca, o que uno de sus hermanos tome el poder.

Observo a Thompson bajar la pistola, le baja las manos a Charlotte también y mira con recelo a Eloah, se ve que no le gusta nada la situación.

Giro lentamente, los ojos negros de Eloah encuentran los míos por un extracto de segundo, le pido silenciosamente que se marche antes que la situación empeore, libera mi mano y toma mi rostro, frunzo las cejas con terror, todos nos están mirando con sorpresa cuando los labios de mi esposo se presionan sobre los míos.

―Llámame, estaré en Moscú ―susurra, asiento vagamente y giro el rostro con incomodidad. Lo observo de reojo, avanza y mira a mi madre, sin detenerse mueve la cabeza con cierta cortesía.

―Señorita ―le dice y se dirige a la salida, nadie emite palabra hasta que se escucha la puerta cerrándose.

―¡¿Qué significa esto?! ―grita Thompson.

―¡¿Con él estuviste anoche?! ―chilla mamá.

―¡El Boss! ―dice Emma con voz de enamorada.

―¿Qué es esta mierda? ―dice Jackie de última, se sienta de mala gana y niega con la cabeza.

―Hunter, puedes esperar fuera ―digo y todos se giran a verlo, el rubio asiente con la cabeza y sale del apartamento en total silencio. Solo entonces me siento y bebo un trago de jugo―. Luché por sobrevivir y al ser la única sobreviviente me casé con Eloah ―digo y mamá se sienta con lentitud para escucharme, tiene los ojos llorosos.

El diamante de Dios [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora