Capítulo 27

64K 6.2K 3.9K
                                    

Mi vestido es precioso, la tela azul se adhiere a mi cuerpo como una segunda piel, no tiene hombros, la enorme abertura del costado comienza por encima de mi cadera, pero una cascada de pequeños hilos horizontales con diamantes mantiene la tela bien sujeta.

Un mal movimiento y se me verá todo, ya que no llevo ropa interior.

Me mantuvieron un buen rato sentada frente al espejo peinando mi cabello, planchándolo y acomodándolo, un chico me maquillaba y una mujer ya mayor me arreglaba las uñas.

―¿No puede ser en rojo? ―se queja Siena a mi lado, lleva charlando un buen rato con Hanna, que también está siendo preparada.

Me ajusto los hilos con diamantes en la cadera y plancho con las palmas los costados del vestido, me analizo de costado y reprimo una mueca, se me está notando el embarazo.

―¿No prefiere ponerse las perlas? ―insiste la encargada de vestuario.

―No ―replico sin emoción, rozo el collar que Eloah me dio, sigo sin saber qué significa para él que yo lo lleve, pero no me lo voy a quitar.

―Ese collar luce bien, pero las perlas... ―insiste, me enseña el collar de perlas.

―Es un regalo de mi esposo ―le explico y recojo mi celular― quien, por cierto, no me invitó a este evento ―, la mujer parece comprender. Le dedico una última mirada, también a las dos capitanas sentadas frente al tocador, y sin más, salgo en dirección a la zona donde todos se preparan para partir, la boda es en Italia, tendremos que volar.

Me desvío hacia la enfermería por instinto y entro haciendo resonar mis tacones, la doctora de siempre está de guardia.

―Teniente coronel ―me sonríe.

―Hola ―, avanzo con cierto titubeo hacia ella―. Quería hablar con usted, ya que es doctora ―menciono y me hace un gesto para que me acerque.

Necesito hacer esto antes de ir a ese lugar, así que me preparo mentalmente y comienzo a hablar. Sus ojos parecen comprensivos mientras hablo y le explico mis inquietudes, las respuestas que me da no son muy alentadoras, pero saco algo bueno de todo y recibo la receta con medicamentos que debo consumir por el embarazo, con las dosis adecuadas.

―Ya sabes, cualquier molestia me la haces saber, mi turno es de ocho de la mañana a ocho de la noche, de domingo a jueves ―me explica.

―Ok, muchas gracias ―respondo con suavidad, doblo el papel con la receta para llevármelo, ya le pediré a Emma que me la guarde en su bolsillo y me la dé para cuando deba ir a comprar todo.

Al llegar al exterior hay soldados cargando equipo en el jet privado que descansa en el inicio de la pista. Ignoro a todos mientras avanzo, incluyendo a Charlotte, ella me observa como si quisiera disculparse, pero no le doy siquiera la oportunidad.

―Qué belleza ―dice Emma, corre hacia mí para admirar mi apariencia, toca el collar con sus yemas, lo aparto suavemente con cierto disgusto, pero el que toque mi vestido me da igual.

―¿Planeas follarte a Alessandro? ―pregunta Jackie con suspicacia.

―No, pero supongo que hay otras formas de sacar información ―confieso, ella se ve preciosa, lleva un vestido rosa pastel con lindos volantes, me fijo en Jackson, está vestido con un traje negro y se ve espectacular.

―¡Aborden o llegaremos tarde! ―dice Thompson desde la escalerilla del jet, avanzo junto a las chicas y subo con cuidado debido a mis altos y peligrosos tacones a juego con el vestido.

Elijo el lugar más alejado para viajar con Jackie y Emma, esta última no tarda en dormirse, pero la rubia y yo nos quedamos charlando en completa calma durante todo el viaje.

El diamante de Dios [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora