12 William

359 29 13
                                    

El sangrado paró diez minutos después, exactamente como había dicho Pedro. Clara y Charlie se acercaron a ellos y les propusieron dar un paseo por las calles de Maienfeld, aceptaron claro.

—Por qué a ti no te sangró la nariz?—preguntó Heidi a Pedro.

—No sangró pero vaya que dolió, me golpeaste muy fuerte—dijo Pedro acariciando su pecosa nariz.

—Yo? Pero si tú te volteaste de esa manera—le dijo Heidi.

—Tu me llamaste, no creí que estarías tan cerca—dijo Pedro mientras que Heidi tenía algo de vergüenza.

—No quería estorbarlos—dijo Heidi mirando a Charlie y a Clara que caminaban un poco más adelante que ellos—Estábamos de más ahí.

—Es porque no tengo compañía—dijo Pedro pero a Heidi le desconcertó.

—Hey! Qué hay de mi?—dijo Heidi indignada.

—Si lo se, tu estabas ahí, pero eres como mi hermana pequeña. Es raro—dijo Pedro frunciendo el ceño.

—Vaya vaya. Con que eso piensas...—dijo Heidi pero Pedro no respondió. Ya veremos quien te acompañará a la montaña, maldito niño cabrero, pensó Heidi.

—Mira Heidi! Que hermosas flores!—dijo Clara tomando a Heidi de la mano para acercarse a un carrito de flores. Gracias Clara, ya no aguanto a Pedro, dijo para si misma.

—Cual te gusta?—se acercó Charlie quien le dedicó una mirada a Clara.

—La Edelweiss es simplemente bellísima—dijo Clara.

—Deme una, por favor—dijo Charlie entregándole una moneda al señor que vendía las flores—Toda suya, señorita.

Charlie puso la flor en uno de los rubios mechones de pelo de Clara—Gracias—dijo la rubia sonriendo. Heidi los miraba con tanta envidia, que luego recordó que nadie tendría ese detalle con ella. Observó a Pedro quien estaba mirando unas abejas en las flores muy distraído, bufó y rodó los ojos mirando hacia otro lado. Pero sus ojos se encontraron con unos azules que estaban a quince metros de distancia y cuando estuvo suficientemente cerca Heidi dijo:

—Tú?

—Hola de nuevo—se trataba de William, quien llevaba una boina gatsby puesta en su cabeza. Lo hacía más interesante. Los amigos de Heidi lo miraron algo desorientados al no reconocerlo.

—Qué haces aquí?—le preguntó Heidi.

—Estoy bien y tú?—dijo William.

—Lo siento. Es que no creí que volvería a verte después de como hablaste del... pueblo.—dijo Heidi con sinceridad. Los ojos de Charlie, Clara y Pedro estaban clavados en ellos.

—Mis padres han decidido ir al... día de Dörfli?—contó—Así que tuvimos que quedarnos porque les ha gustado el lugar y todo eso.

—Mira que coincidencia, me estoy quedando en mi casa de Dörfli. Bien, espero verte allí si es que vas—dijo Heidi sonriéndole.

—Pues si vas tú, tal vez lo considere—dijo el rubio sacando una rosa del carrito y pagándole al señor de las flores. Se la dió a Heidi y le guiñó un ojo—Nos vemos.

—Adiós—dijo Heidi atontada mientras lo veía alejarse. Clara de inmediato tomó a Heidi de los hombros.

—Ese era el chico del que hablabas esta mañana?—preguntó y la pelinegra asintió sin despegar la vista del que recién se había ido—Heidi! No dijiste que era tan guapo!

—Se me habrá olvidado porque el abuelito estaba ahí—dijo Heidi sin dejar de sonreír.

—Es un pretendiente acaso, señorita Heidi?—preguntó Charlie haciéndola reír.

MOUNTAIN (Heidi x Pedro)Where stories live. Discover now