29 Adiós

291 18 2
                                    


Los Alpes, 25 de Noviembre de 1880

Querida abuelita:

                    De donde quiera que estes, hola abuelita. Sé que puedes leer este escrito con tus propios ojos, eso era lo que siempre soñaste. Tal vez estés devorando todo tipo de libros o algún salmo, tal vez estés comiendo panecillos blancos, tal vez estés con algún amigo o tal vez te hayas reencontrado con mis padres... sé que los conocías, por favor diles que estoy bien y más que bien.
                     Estos últimos días han sido muy extraños pero de la manera más hermosa posible. Agradezco que te hayas ido sin sufrir, que encontraste tu momento y que nos cuidas desde tu ubicación. Pero sabes que es lo que más agradezco? Que me abrieras los ojos, me hiciste ver algo que sola no pude divisar, me diste tu vista y tu perspectiva. Pedro es simplemente el único hombre que conozco y el más humilde, bondadoso y bueno. No entiendo como tardé tanto en descubrirlo, pero ahora si y es que nunca hay que acelerar al amor porque siempre llega solo y a su debido tiempo, cuando menos te lo esperas. Es lo que siempre me han dicho y han tratado de hacerme saber, tengo la suerte de que estoy rodeada de personas increíbles. Tuve la suerte de tenerte a mi lado, cuando apenas era una niña de cinco años, tu fuiste quien a primera impresión me acogió en sus brazos y no dejó que me alejara. Porque de alguna forma o otra siempre volvía, pensaba en ti, en todos y en mi hogar. 
                    Me atrevo a decir que fuiste la abuela que nunca tuve, la familia que siempre me hizo falta y una compañera de vida. Algunos pensarán que nuestro tiempo juntas fue muy breve. Siento que valoré cada momento contigo, espero que consideres que de alguna forma u otra soy tu nieta de corazón.
Lo cierto es que me quedo muy corta con estas palabras, porque no puedo explicar todo lo que tu partida me ha provocado. Una combinación de tristeza, nostalgia, melancolía, alegría, pena y dolor es por lo que está pasando todo mi ser.

              No quiero que te preocupes por mi, aunque se que lo harás y te saldrás con la tuya de todas formas. Pero siento que todo en mi vida ya está resuelto. No me falta nada y soy muy feliz. Tengo amor, afecto, amistad, familia, dicha, contento, suerte y felicidad. Todo lo que ronda en mi cabeza es vivir por ti, como lo hubieras deseado, ser tus ojos. No dejan de aparecer recuerdos como las veces en que lloraba sobre tu regazo, cuando te leía, lo feliz que te ponía verme, la gratitud en ti cada vez que recibías un presente y como volviste a encender tu luz.

Me gustaría hacerte tantas preguntas, pero se que solo estaría hablando sola como en este momento. Dejaré que a esta carta se la lleve el viento como lo hizo contigo, es la forma más bonita de despedirme de ti. La única que encontré y en la que te puedo decir todo lo que causaste en mi.

Te veo en el más allá abuelita.

PD: Te extraño todo el tiempo.

Siempre tuya, Heidi Hessen

MOUNTAIN (Heidi x Pedro)Where stories live. Discover now