26 Sweater de lana

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Los jóvenes se despidieron de Charlie quien debía ir a empacar sus cosas para su viaje vuelta a casa. Ya en camino a Dörfli, Heidi iba muy callada e incómoda. No quería verlo a los ojos, ni que una parte de su cuerpo rozara con la de el, ni hablarle, entre otras.

—Se pasará rápido este invierno. No estés triste por Clara—dijo Pedro. Si supiera que eso no era lo que le estaba amargando a Heidi.

—Sí, supongo que si.

—Nos mantendremos ocupados y distraídos. En menos de lo que canta un gallo las vacaciones estarán a la vuelta de la esquina—habló Pedro nuevamente.

—Realmente no tengo muchos ánimos de hablar...—dijo Heidi pero fue interrumpida.

—Además, no nos daremos cuenta de la noción del tiempo—dijo este sin dejarla hablar.

—No es eso, es solo que...

—Creo que deberías relajarte. Clara volverá en cuanto pueda, y traerá regalos como todos los años.

—En serio te importan los regalos? Pero que...—dijo Heidi tratando de emitir sus palabras.

—Quien sabe. Tal vez traiga una amiga y me la presente—dijo Pedro tomando su gorro y jugando con el. Heidi no entendía nada.

—Ese no es el punto, lo qué pasa es que...

—Ya no estaré tan solo e inmaduro como tú dices—dijo este agrandándose—Y Clara también podría...

—Ya basta! No todo se trata sobre ella y de ti!—gritó Heidi. Este paró de caminar y volteó a verla.

—Tranquilízate, sólo estaba...

—Estoy tranquila!—dijo Heidi en otro tono de voz elevado—No! Sabes que? Estoy más que tranquila, estoy tan tranquila que hasta ya no pienso en la partida de mi mejor amiga.

—Que pasa contigo? Estas de mal humor?—preguntó Pedro con inocencia. Querido Pedro, eso es lo último que debes preguntarle a una chica enfadada.

Heidi lo miró por unos segundos con una expresión no muy agradable de explicar, hasta que se adelantó para sacarle ventaja en el camino—Seguiré sola.

—Heidi, podemos hablar bien? No tienes porque irte así—dijo Pedro tratando de agarrarle su brazo pero ella se safó.

—Jamás escuchas!—gritó por última vez y se fue rápidamente. Pedro quedó totalmente desubicado.

—Cáscaras.

    Heidi se había prometido dejar de actuar tan histéricamente hace unos días atrás y la razón era que quería dejar de pelear con Pedro. Pero no podía evitarlo, el muchacho era tan irritante a veces. No para de hablar de Clara y luego sale con que quiere conocer a una chica? Vamos Pedro se supone que tú serías mi compañero de vida, según las sabias palabras de Clara. Basta! No debo tratarlo de esa forma si es mi mejor amigo! Pensaba Heidi en su cabeza.

No tardó en llegar a la casa del pueblo en Dörfli, Pedro le seguía el paso a unos cuantos metros de distancia, habían arreglado en que cenarían juntos y no le fallaría al viejo, nunca lo hacía.

Heidi abrió la puerta de la acogedora casa y se metió al baño, lavó su cara con agua fría para aclarar sus ideas y poder enfrentar a Pedro otra vez. Solo que de manera más calmada.
Al salir se encontró con el abuelito en el pasillo.
—Ya están aquí! Que bueno porque la cena está casi lista—dijo este acariciando la cabeza de Heidi.

—Que bien, tengo mucha hambre y creo que...—Heidi entró a la cocina y miró a Pedro directo a los ojos—Creo que nuestro invitado también, no es así?

MOUNTAIN (Heidi x Pedro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora