14 Festival (parte 2)

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—Clara y Charlie deben de estar por aquí. Vamos a esa dirección—dijo Heidi, William asintió y se fueron juntos buscando a los otros dos.

Pedro estaba exhausto de tanto vigilarla, literalmente se habían caminado todo Dörfli para ir a la feria. Eran necesarias tantas vueltas? Te lo agradezco Heidi, pensó. Fue a tomarse un descanso al Stand del viejo cuando al fin llegaron y se encontraron con Clara y Charlie.

—Creo que fue suficiente vigilancia por hoy—le dijo al viejo mientras se tumbaba en un banco de madera a su lado.

—Cuéntame todo lo que viste—le pidió el abuelito.

—Bueno, al principio creíamos que no iba venir pero terminó apareciendo. Así que los seguí a todos los lugares por los que pasaron y lo más cercano que hicieron fue caminar de los brazos entrelazados—le contaba Pedro.

—Y no escuchaste ninguna conversación?

—No. No quería invadir tanto su privacidad—dijo Pedro.

—Ese es el punto. No deben tener privacidad, no permitiré que mi nieta salga con un chico de ciudad que no sabe ni cómo prender el fuego—dijo el viejo buscándola con la mirada.

—Por qué no?—preguntó Pedro.

—Esa gente es mala para Heidi. En el peor de los casos podrían llevársela de nuevo, y eso de ninguna panera pasará, es por eso que te ordeno todo esto—le explicó el viejo mientras acomodaba un par de quesos.

Pedro tampoco podría permitírselo, nadie la quitaría de su lado otra vez—Está bien viejo, quédese tranquilo. Seguiré estando cerca de ellos—dijo Pedro levantándose de nuevo. El abuelito suspiró.

   El cabrero se dirigió hacia donde estaban sus amigos y el rubio. Se encontraban viendo otros standards de la gente de Dörfli, pero Pedro se fijó en uno en especial cuando se dirigía hacia los jóvenes, se trataba de una venta de coronillas de flores. Un recuerdo pasó por su cabeza al verlas, cuando Heidi llevaba pocos días viviendo en los Alpes, le fascinaba todo lo que sus ojitos podían contemplar. Las montañas, el cielo, los animales, las flores, entre otras. Pero un día arrancó varias flores de la pradera e hizo coronillas y collares para que se los pusieran y jugaran con las demás cabras, justamente también estaba Clara allí. Eran buenos tiempos, muy buenos tiempos. Y ahora se encontraba aquí tratando de separarla de un chico adinerado quien suponía que la quería cortejar.

—De qué me perdí?—preguntó haciéndose aparecer detrás de ellos.

—Pedro! Mira estas cabritas—dijo Heidi tomándolo de la mano y llevándolo a un corral de cabritos. Supuso que eran para vender.

—Ese se parece a Copo de nieve—dijo Pedro señalando a uno.

—Y ese a Manchita—dijo Heidi riendo porque las cabritas estaban mordisqueando sus orejas o jugando con sus pequeños cuernos. Pedro la observó, se veía tan tierna riéndose.

—Sigamos con nuestra caminata chicos—dijo Clara quien seguía tomada del brazo de Charlie. Recorrieron todos los standards de toda la feria, hasta llegar a donde sería el espectáculo de fuegos artificiales.

—Ya hay gente gente aquí, vaya que rápido. No creí que ya sería hora de los fuegos artificiales—dijo Heidi.

—El día se ha pasado muy rápido—dijo Charlie. No para mi amigo, no para mi, pensó Pedro.

—Pedro!—dijo Clara llamándolo, el muchacho la miró para saber qué quería y está le señaló a Teresa de espaldas. Estaba sola buscando una buena ubicación para ver el espectáculo.

MOUNTAIN (Heidi x Pedro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora