18 Bordados

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—Buenos días mis queridos amigos—dijo Clara y se aclaró la garganta para hablar mucho mejor y más fuerte—Es un honor que estén aquí, en el primer día de la realización de actividades de la lista.

Heidi y Pedro se quedaron callados—Cuanta emoción veo—dijo Clara de nuevo, desconcertada.

—Oh! Lo siento, creí que dirías algo más...—dijo Heidi, la única verdad era que Clara los había levantado muy temprano para comenzar con las cosas de la lista, los cansados muchachos no estaban prestando nada de atención porque se dormían en sus asientos, en silla de ruedas para la pequeña Heidi, claro.

—De hecho si. Como se siente usted, señorita Heidi? Al ser la protagonista de dicha lista—preguntó Clara cuál entrevista.

—Muy bien a decir verdad—dijo Heidi con una pequeña sonrisa.

—Y usted señor Pedro?

Las chicas dirigieron su mirada a dicho chico, este estaba babeando sobre su hombro, Clara dio un fuerte silbido y este se sobresaltó—No abuela! Te dije que eso no es lana!

Pedro se dió cuenta de que en realidad estaba con sus amigas y no en su casa, soñando. Las fuertes risas de las muchachas se hicieron presentes en aquel patio lleno de manzanas.

—Despabila que tenemos una lista que hacer—dijo Heidi chasqueando los dedos de su mano en la cara de Pedro.

—Si claro—dijo Pedro sobando su rostro con sus dos manos—Es que, me has hecho levantar muy temprano estos días—dijo dirigiéndose a Clara.

—Siempre te levantas temprano Pedro—dijo Clara.

—Pero no a las cinco de la mañana!—dijo excusándose.

—Ya. Eres un quejón. Bien como decía, lo primero en la lista es...—dijo Clara por leer el papel—Hacer bordados!

—Yupi! Recuerdas cuando los hacíamos en Frankfurt?—dijo Heidi entusiasmada.

—Obvio que si. Es por eso que lo puse aquí—dijo Clara.

—Qué? Bordados? Pero esas cosas son de niñas—dijo Pedro como un niño pequeño caprichoso.

—Tu estuviste de acuerdo—dijo Clara sin restarle importancia.

—Yo no recuerdo nada acerca de hacer bordados—dijo Pedro mirando hacia alguna manzana seguido de pararse para tomarla.

—Bien ahora lo recordarás—dijo Clara sacando un par de telas, agujas e hilos.

Pedro no se opuso, creyó que debía hacerlo por Heidi. Después de todo no era tan humillante hacer bordados, si bien era algo visto como un pasatiempo para mujeres el se convenció a si mismo de que sería relajante pero el joven no tenía ni un gramo de imaginación para plasmar en su tela a mano.

—Podrías hacer las montañas—dijo Clara.

—Es demasiado hilo—dijo Pedro.

—Bueno, entonces has Dörfli—dijo Clara de nuevo.

—Demasiado hilo también—dijo Pedro otra vez.

—Y si haces una cabra?—propuso Heidi.

Una cabra, sería pequeña, con poco hilo y fácil. Además era el animal que más le gustaba—Perfecto, haré una.

—Okey, tu que harás Clara?—preguntó Heidi.

—Quiero hacer una flor pero me está costando la parte del pedúnculo—dijo Clara con dificultad—Tu como vas?

—Pues ya tengo la forma—dijo Heidi mostrando su tela.

—Qué? Tan rápido?—preguntó Pedro exaltado hasta que vió lo que había hecho Heidi.

MOUNTAIN (Heidi x Pedro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora