24 La despedida (parte 1)

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—Creo que voy a llorar todo el día. No, mejor dicho todos los días que vengan a partir de hoy—dijo Heidi admirando la belleza de los abetos.

—No seas dramática. Sabes que vendré el próximo verano, siempre lo hago—dijo Clara posicionando una de sus manos en el hombro de la pelinegra.

—Es mucho tiempo de espera, siento que esta vez ha sido tan poco—dijo Heidi.

—Lo ha sido, eh? Se ha pasado en un santiamén—dijo Clara—Pero el siguiente será diferente. Lo prometo.

—Qué será diferente? Hacemos lo mismo todos los años...—dijo Heidi mirándola a los ojos.

—Me refiero a que algo te pasará a ti y va a desarmar toda tu vida. Un gran cambio—dijo Clara con los ojos abiertos como platos.

—Me estás asustando—dijo Heidi alejándose un poco de ella.

—Bien, iré a ver a Charlie. Así no regreso tan tarde para nuestra última merienda juntas—dijo Clara caminando en dirección a Dörfli.

—De acuerdo. Diviértete lo que puedas—dijo Heidi y se escuchó un "lo haré" del otro lado por parte de su amiga.

Eran pasadas de las tres de la tarde, el abuelito estaba tomando una pequeña siesta y Heidi se aburría en aquella solitaria cabaña. Comenzó a creer en que si estaba así de deprimida ahora no quería imaginarse cuando Clara se fuera. El verano terminaría y las clases comenzarían. Por más que le gustaba la idea de seguir aprendiendo la pereza la consumía también, necesitaba más vacaciones y tiempo. Necesitaba vivir la vida adolescente, porque ya no era una niña que con cualquier cosa podía distraerse y jugar con lo que sea. Heidi estaba empezando a interesarse más en lo que le gusta y debía aprender a conocerse y encontrarse a sí misma.
El ruido de la puerta abrirse se escuchó desde abajo, ya que la joven estaba en su habitación.

—Toc toc—dijo Pedro muy bajo al notar al abuelito en su cama durmiendo. Heidi bajó muy despacio para no meter ruido y despertarlo—Hola.

—Hola—susurró—Vamos afuera.

—De acuerdo—asintió el joven—Que hacías?

—No mucho, pensaba—se dirigieron a la banca que estaba afuera de la casa.

—Suena entretenido.

Heidi sonrió—En realidad—hizo una pausa—Me estaba aburriendo mucho. No sientes como que ya no hay nada para hacer?

—No lo sé, todo el tiempo estoy haciendo algo. Sino son las cabras, es el taller, sino es el taller paso tiempo con ustedes. Estoy casi siempre ocupado—dijo Pedro con honestidad.

—Sugieres que consiga trabajo?—preguntó.

—No pero no sería mala idea pensándolo bien, no crees? Además ganarías unas cuantas monedas—continuó Pedro.

—Y podré ocupar mi tiempo libre. Buena recomendación Pedro—dijo Heidi reconociéndolo.

—Lo sé—dijo este sonriendo victorioso—Pero de que piensas trabajar?

—Me gustaría conseguir un empleo en alguna biblioteca—dijo Heidi.

—Como una bibliotecaria?

—Exacto, o sino otras ocupaciones como esas chicas que leen cuentos infantiles para niños. Cosas así—contó Heidi.

—A ti te gusta leer mucho, ademas de trabajar estarías haciendo algo que te agrada—dijo Pedro—Como yo con mis cabras.

MOUNTAIN (Heidi x Pedro)Onde histórias criam vida. Descubra agora