Ayudar a las personas es el objetivo de la vida de Kamille Ali, incrustado en ella desde su nacimiento y hasta el fin del mundo.
El levantamiento de los muertos y la pérdida de sus padres no eran cosas para las que estaba preparada. Con solo su herm...
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El sol estaba alto en el cielo después del desayuno, cálido en el cuello de Kamille. Sin embargo, tenía puesta una chaqueta, tirando de las mangas sobre sus manos debido a que los vientos fríos le enviaba escalofríos por los brazos. Ella estaba sentada en la cubierta, Alicia a su lado, ambas admirando el mar que se extendía a su alrededor.
Kamille nunca antes había estado en un barco, y mucho menos en un yate. Siempre había querido ir en un crucero, o incluso en un pequeño viaje en barco con su familia, pero nunca había tenido tiempo para preguntar. Si no estuviera completando el trabajo escolar, estaría saliendo con amigos o leyendo. Las vacaciones familiares no habían sido realmente una cosa en su familia, con sus padres trabajando la mayor parte del tiempo. No le molestó, no podía perderse lo que nunca había experimentado, pero mentiría si dijera que no se sentía un poco celosa cuando uno de sus compañeros de clase regresaba después del verano con un bronceado fresco y nuevas aventuras para compartir. Estar en el yate, a pesar de las circunstancias, fue relajante. Su propia aventura.
El desayuno de esa mañana no había sido particularmente agitado y Kamille aceptó la normalidad con los brazos abiertos. Fue como un suspiro de alivio poder simplemente desayunar, incluso si era con gente que no conocía. Nadie estaba de humor para hablar y Kamille se dio cuenta de que todos estaban perdidos en sus propios pensamientos, probablemente pensando lo mismo que ella: ¿A dónde iban?
Victor Strand no había estado presente con ellos esa mañana, sino que estaba atrapado en la cubierta superior donde estaban los controles del yate. No había compartido ningún plan con ninguno de ellos y nadie quería preguntar, pero Kamille podía ver que Madison se estaba impacientando. Todos los adultos lo estaban. Ya sea que sus ojos parpadeen incómodos o las yemas de los dedos bailando inquietamente sobre la barandilla, era obvio que no sabían qué hacer a continuación.
La irritable tensión en el aire cambió repentinamente cuando finalmente apareció Strand, bajando tranquilamente las escaleras desde su pequeño escondite. Algunos ojos se volvieron hacia él, Madison, Daniel y Nick, pero Kamille y Alicia permanecieron mirando hacia adelante. Kamille escuchó a Alicia suspirar mientras descansaba la cabeza en su hombro. Kamille simplemente apoyó la cabeza en la parte superior, ambas mirando las aguas en blanco y agitadas.
