Ayudar a las personas es el objetivo de la vida de Kamille Ali, incrustado en ella desde su nacimiento y hasta el fin del mundo.
El levantamiento de los muertos y la pérdida de sus padres no eran cosas para las que estaba preparada. Con solo su herm...
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Kamille se dirigía de regreso a su habitación cuando se topó con Ofelia en las escaleras. La chica Salazar parecía tener algunas cosas en mente mientras murmuraba una disculpa antes de intentar seguir adelante.
"Oye, Ofelia, ¿Estás bien?". Preguntó Kamille, tirando de su manga antes de que pudiera irse.
Ofelia se mordía el labio inferior mientras miraba a Kamille. "Si..."
Kamille arqueó una ceja como diciendo que sabía que era mentira. Había estado devorando sus propios pensamientos desde que dejó a Alicia para que se preparara, así que sabía lo que se sentía al no tener a alguien con quien hablar.
"Es solo que... no puedo dejar de pensar en todo el asunto de Chris disparándole a Reed". Mintiócruzando los brazos protectoramente.
"Crees que le disparó a Reed a propósito". Dijo Kamille lo que podía decir claramente que Ofelia estaba pensando. "Un asesinato".
Ofelia no respondió, pero cuando frunció el ceño, Kamille lo entendió.
"Me siento un poco incómoda". Confesó de mala gana. "¿No es así?".
Kamille se rascó el cuello nerviosamente. "Honestamente, no lo he pensado mucho. Pero ahora que lo mencionas, es extraño... Aunque no lo haría, ¿Verdad? Quiero decir, ¿por qué alguien querría matar a otra persona?".
Kamille no pudo evitar preguntarse este hecho. Había matado, conocía la sensación de librar a alguien del derecho a vivir. No había tenido otra opción, pero sabía que nunca elegiría matar a alguien, si podía evitarlo. Chris seguramente no podría haber querido matar a Reed... Sí, él era un imbécil, ella lo había experimentado de primera mano, pero si hubiera podido evitarlo, no lo habría matado por eso.
"Probablemente lo estoy pensando demasiado". Ofelia exhaló. "Creo que estaré bien. Gracias, de todos modos".
Ella sonrió con tranquilidad antes de volverse para subir las escaleras, pero ahora Kamille se sentía incómoda.
