Ayudar a las personas es el objetivo de la vida de Kamille Ali, incrustado en ella desde su nacimiento y hasta el fin del mundo.
El levantamiento de los muertos y la pérdida de sus padres no eran cosas para las que estaba preparada. Con solo su herm...
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Kamille y Alicia estaban manteniendo la moral en el estacionamiento cuando Madison regresó con Andrés para atender a los odiosos estadounidenses en la esquina. Kamille no podía oír lo que se decía entre ellos, pero empezaron a ponerse de pie y todos los ojos estaban puestos en ellos.
Un hombre y una mujer frustrados se pusieron de pie, gritaron en español y se ganaron la atención de todos.
"Vamos". Dijo Madison, guiando a los dos muchachos fuera del estacionamiento con la ayuda de Andrés y Elena.
La multitud comenzaba a enojarse ahora, siguiendo a los chicos como (asumió Kamille, ya que no podía entender lo que todos gritaban) pensaban que los estaban trasladando a un lugar mejor.
Alicia y Kamille corrieron al paso con Madison y los demás, tratando de mantener a raya a la multitud. Sin embargo, no estaba funcionando del todo, ya que se volvían más ruidosos con cada paso que daban.
"Abre la puerta, estos imbéciles se van". Le dijo Madison a Elena, y Kamille casi se dio cuenta cuando la multitud gritó detrás de ella.
Todos se acercaron a las puertas, Elena corrió hacia adelante para abrir las puertas. Andrés empujó hacia adelante al tipo con el hombro dislocado, lo que lo obligó a darse la vuelta con enojo.
"Whoa, whoa, whoa, ¿Qué diablos estás haciendo?". Preguntó, avanzando hacia Andrés, pero lo empujó más hacia atrás.
"No, no, oye, ¡No puedes hacer esto!". Dijo el otro tipo, él y su amigo intentaron empujar a Andrés y Héctor, pero seguían siendo empujados más cerca de la puerta.
"Tienes que ir". Explicó Madison, manteniéndolos alejados de la multitud. "No puedes quedarte. Te matarán".
Kamille miró con confusión, preguntándose qué estaba pasando y por qué Madison de repente había decidido echarlos. Ella no estaba discutiendo en contra, los estadounidenses eran unos idiotas, pero seguramente esta no era la forma de hacerlo.
"¡Entonces protégenos!". Gritó el tipo mientras lo empujaban hacia la puerta.
