Ayudar a las personas es el objetivo de la vida de Kamille Ali, incrustado en ella desde su nacimiento y hasta el fin del mundo.
El levantamiento de los muertos y la pérdida de sus padres no eran cosas para las que estaba preparada. Con solo su herm...
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Kamille guardó silencio, aunque vio la mirada distante y anhelante en los ojos de Alicia. La niña Clark estaba dibujando una rosa en forma de corazón en un registro de inicio de sesión, similar a la que adornaba en su antebrazo. Las dos chicas estaban en un sitio de observación de aves en la isla, dando un paseo matutino antes de que tuvieran que irse pronto.
Alicia no hablaba de Matt muy a menudo, el chico que le había robado el corazón y le había hecho el tatuaje inicialmente, pero Kamille sabía que era porque no sabía cómo hacerlo. Era un tema delicado para ella y sabía que Alicia debía estar realmente enamorada antes de que él se lo arrebatara. Se compadeció de ella mientras miraba desde la distancia, viendo la expresión de tristeza en su rostro.
Kamille decidió no comentar sobre la incorporación de Alicia al tablero de inicio de sesión, pensando que era un momento privado para Alicia. Si quería hablar de ello, lo haría, y después de todo lo que había hecho y compartido con Kamille, se merecía este indicio de privacidad entre ella y el chico que amaba. En cambio, Kamille se sentó en una de las sillas de plástico afuera de un café abandonado.
Alicia se unió a ella muy pronto, tomando asiento en otra silla de plástico. Al principio no hablaron, pero Kamille sabía que estaba pensando lo mismo que ella. Qué hermosa fue esta isla. Debe haber atraído a muchos turistas de todas partes y Kamille entendió por qué. Ahora se sentía tan vacío. Solo.
"A Adam le hubiera gustado estar aquí". Finalmente habló Kamille, su voz tranquila y cuidadosa, temerosa de romper el pacífico silencio. "La isla, quiero decir".
El fantasma de una sonrisa apareció en los labios de Alicia, una señal de acuerdo. "Parecía el tipo de persona que aprecia las cosas por... bueno, cómo son".
Kamille sonrió un poco. "Sí. Lo era".
El sonido de las olas en la orilla complementaba el canto de las gaviotas en el cielo, resonando pacíficamente dentro de Kamille. Esto fue maravilloso. Un hermoso contraste con estar sentada en el yate todo el tiempo, no es que se estuviera quejando. El sol de la mañana se veía deslumbrante mientras brillaba sobre las aguas y Kamille se dio cuenta de lo asombrosa que se veía la naturaleza cuando no la veía desde los confinamientos de un yate.
