Ayudar a las personas es el objetivo de la vida de Kamille Ali, incrustado en ella desde su nacimiento y hasta el fin del mundo.
El levantamiento de los muertos y la pérdida de sus padres no eran cosas para las que estaba preparada. Con solo su herm...
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Kamille regresó a su cabaña con las flores en la mano, viendo que estaba vacía de los demás. No pensó en eso mientras llenaba un vaso con un poco de agua y ponía las flores, colocándolo en el medio de la mesa de café. Joanie tenía razón, pensó, iluminaba el lugar.
Mientras admiraba el ramo, Kamille escuchó que se abría la puerta y que alguien entraba.
"Esas son bonitas". Fue Alicia.
Kamille miró a la rubia que estaba a su lado. "Gracias. Pensé que haría el lugar un poco más acogedor, si es que eso es posible".
Alicia suspiró en voz baja y miró a Kamille a los ojos. "Kam, lamento mucho lo de antes".
Kamille negó con la cabeza y se miró los zapatos. Sus hombros se relajaron cuando dijo: "No necesitas disculparte. No debería haber gritado así. Toda la discusión fue estúpida".
"Nick y yo lo hablamos correctamente". Explicó Alicia. "Las cosas van bien entre nosotros. Bueno, son como antes".
"Bien por ustedes, chicos". Dijo Kamille con una pequeña sonrisa, feliz de que los hermanos ya no estuvieran discutiendo. "La familia es importante. Es una tontería discutir".
"Tienes razón".
Kamille miró a Alicia, la niña más joven ya la estaba mirando.
"Solo quería hacerte saber que voy a ir a ese estudio bíblico con Gretchen ahora". Dijo Alicia, ofreciendo una pequeña sonrisa. "Todavía puedes venir".
Kamille negó con la cabeza. "No es mi tipo de cosas".
"¿Y es mío?".
Kamille reprimió una risa. "Nunca se sabe, podrías hacer algunos amigos".
Alicia puso los ojos en blanco juguetonamente. "Está bien, bueno, supongo que te veré después de la cena".
Kamille asintió con la cabeza, con una sonrisa en los labios. "Te veré después de la cena, cariño".
