Capítulo 30 - Eternos

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Los pétalos de rosa continúan cayendo sobre ellos mientras se dan un tercer beso tras el "sí quiero". Saboreando los labios del contrario siguen sin asimilar el paso gigantesco que acaban de oficializar. A partir de ahora el mundo entero va a conocer al hombre que cada uno de ellos tiene delante como su marido. Ambos comparten una sonrisa ante el mismo pensamiento: no puede gustarles más la idea.

Tras saludar uno por uno a todos los invitados empapandose de felicitaciones, lágrimas y muchas fotos, la pareja guía a los presentes hasta la sala de fiestas en la que se celebrará el banquete. Solamente hay cinco mesas ocupando el espacio, pues al ser una boda tan íntima no precisan de más. La principal para los novios y sus padres, a su alrededor una para la familia del catalán, otra para la del canario y unas dos últimas entre las que se reparten sus amigos.

-Dios, está precioso -afirma maravillado el moreno viendo como el conjunto de todas las elecciones que han tomado durante estos meses ahora forman una única realidad.

-Mira, nos han puesto flores moradas y también -exclama con una emoción pueril el menor de los dos-. ¿No pedimos solo las amarillas al final porque se nos salía del presupuesto?

-Bueno, es que como me invitasteis así tan de sopetón uno no tiene mucho tiempo para pensar su regalo -comenta entre risas Miki sacándolos de dudas-. El plus que costaba añadir las flores lo pagué yo, sabía que queríais las dos y un buen profesional no decepciona a los novios.

-Joder, Miki, muchísimas gracias -lo envuelve con los brazos el canario-. La combinación queda increíble.

-Hombre es que son colores complementarios -sentencia con un diveritdo movimiento de cejas el rubio.

-Exactamente -corrobora entre risas el wedding planner.

-Por cierto, ¿la otra sorpresa está lista ya? -Pregunta Agoney pasando la mano por la cintura de su marido sin a penas darse cuenta.

-Sí, la han preparado en el jardín trasero mientras celebrabamos la ceremonia en el delantero -explica el de rizos.

-¿Se lo decimos ya? -Cuestiona con la sonrisa mordida el mayor.

-Va, venga -cede Raoul.

Para poder andar con mayor facilidad pero sin soltarse, Agoney deshace el agarre en la cintura de su chico para entrelazar su mano con la contraria. Cuando alcanzan a su familia se agachan para quedar a la altura de Rodri, quien está muy ocupado haciéndole un tercer grado a Andrés pero no duda en hacerles caso al verles a su nivel.

-¿Lo he hecho bien antes con los anillos? -Pregunta inocente el pequeño, previniendose por si se viene bronca.

-Lo has hecho súper bien, chiquitín -lo tranquiliza Agoney poniendo la mano en alto para que se la choque.

-Venimos a hablar contigo porque tu tío y yo hemos preparado algo para ti -le guiña el ojo el rubio-. ¿Quieres verlo?

-Jo, sí sí sí sí sí -afirma entusiasmado el pequeño sin dejar de dar saltos.

-Muy bien -sentencia Agoney cogiéndole en brazos-. Pero esto es una sorpresa.

-Así que...

Rodeando a su marido, y por tanto a su sobrino, Raoul cubre con sus manos los ojitos de Rodrigo que se limita a soltar una sonora carcajada y dejarse hacer. Teniendo que coordinarse bien para no caerse y avanzar a una velocidad decente con esa postura, el matrimonio sale al jardín trasero de la masía en compañía del resto de invitados.

-A la de tres te los destapamos, ¿eh? -Avisa el catalán, a lo que el niño asiente enérgico.

-Una -empieza la cuenta Agoney alargando las vocales.

ALONE WITH YOU (Ragoney) Where stories live. Discover now