16 > Regret

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JUSTIN BIEBER

Mis dedos rodearon la fría lata de cerveza mientras con mi mano desocupada agarré el celular. Marqué el número de Lil y activé el altavoz para permitirme dejar el celular y abrir mi bebida.

—Hermano.—contestó su voz al otro lado de la línea.

—Eh, Za.—dije.—¿Qué hacemos ésta noche?

Lo escuché suspirar al otro lado de la línea.

—Hoy nada. Creo que no es seguro aquí en brasil, pero hay un antro ubicado al norte y creo que podríamos ir. Pero estoy cansada de ir siempre con el mismo grupo, invitemos a alguien más.—rió.

—Tienes razón.—sonreí al teléfono mientras daba un trago a la fría cerveza.—¿Le aviso a David?

—A Lissa también, vamos Bieber no seas así con ella...

—¿Así cómo? la pobre chica piensa que estoy enamorado de ella o algo así. Lil, en serio, tienes que creerme, siento algo raro con ella. Cuando su imagen se mete en mi cabeza, automáticamente me pongo triste.

Y no miento.

Constantemente solía despertar en su cama o en mi cama con ella, yo siempre estaba terriblemente mareado y ella durmiendo profundamente, con una mano sobre mí. Varias veces encontré paños y agua, o pastillas al lado de mi cama y empecé a pensar cosas extrañas respecto a ella. Hasta una vez la loca idea de que me drogó para que tengamos sexo se me cruzó, hasta que mi mente se aclaró y recordé las noches que volvía en mi peor estado por las sustancias que consumía cada vez que salía luego de un show. Cuando intentaba recordar lo que había hecho, mi mente estaba en blanco. Pero luego volvían imágenes como flashes de ella abrazándome o limpiando mi rostro. 

Lissa miró a ambos lados del pasillo, nerviosa, como si estuviese cometiendo un crimen y me ayudó a entrar al cuarto de baño. Me apoyé contra los fríos azulejos mientras la miraba con su largo cabello, moviéndose por el armario ubicado al lado del lavabo buscando algunas cosas. 

"Cada maldita noche." la oí susurrar. Estaba furiosa. Sonreí un poco desconcertado  y le toqué el hombro. "¿Qué? estoy intentando encontrar la maldita toalla."

Reí un poco y le extendí la toalla que tenía en mi mano. "La tengo yo, preciosura."

Me miró y resopló. Me la quitó de las manos y la dobló un poco, mojándola y empezó a quitar todos los pegotes de vomito en mi cuello.

"¿Qué demonios bebiste?" dijo y miré sus labios.

"Eres preciosa."

"¿Qué bebiste?"

"No me ignores" sentí ganas de llorar. "Mírame y dí algo, no puede ser que cuando creo que alguien es hermosa y se lo diga me ignore. Ella hace lo mismo."

"Estás borracho."

"YA ESTOY BIEN, DÉJAME EN PAZ." sentía que si no me alejaba de ella mi furia y mi deseo se mezclarían, haciendo que la bese con fuerza y me sentía tan confundido como ella ahora mismo.

Me alejé y me adentré a mi habitación caminando de un lado a otro furioso. Mi cabeza daba vueltas y empezaba a ser invadido por un cansancio horrible. 

"Lo siento." la sentí susurrar en mi espalda. "Sólo no sé qué hacer contigo..." acarició mi hombro y sentí como me relajaba bajo su tacto. Nunca en mi vida me había sentido así con una mujer en tan poco tiempo. Incluso bajo los efectos de la marihuana (los cuales sentía que empezaban a disolverse) empecé a pensar que me gustaba. Lissa Wesley me gusta.

Me di vuelta y la miré a los ojos. Ella estaba con la cabeza gacha y la agarré de la barbilla para subirle el rostro.

"Sólo ve a dormir, ¿sí?" dijo suavemente y se dio vuelta para dejarme solo en mi habitación por primera vez. 

Inundado en pensamientos me desplomé sobre la almohada completamente dormido.

—¿Justin?—dijo confundido Lil al otro lado de la línea sacándome de mis recuerdos. 

—Debo colgar, lo lamento.

Dejé el celular y la cerveza sobre la cama y me dirigí a la habitación de Lissa. Abrí la puerta sin golpear y entré rápidamente con la intención de encontrarla en su cama pero no estaba.

 Salí corriendo a la sala de estar del penthouse y vi a Nina con su portátil sentada en el sillón en forma de U.

—Nina... Nina ¿donde está Lissa?

—Salió con David.

—¿Dónde? 

—Él la llevó a cenar por lo que sé, no creo que vuelvan muy tarde. ¿Pasó algo?—me miró con ojos preocupados tras sus lentes de lectura.

—No, no, sólo tenía que hablar con Lissa.

—Bien.

Vacilé un poco y fui de nuevo a mi habitación. Tenía una idea. 


Welcome To My Industry » j.bWhere stories live. Discover now