55 > You have no right

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LISSA WESLEY

Junio llegó y con ello, el peor mes de mi vida cuando se suponía que tenía que ser el mejor.

Empecemos por mi carrera, lo cual era básicamente mi vida. No iba mal, para nada, en absoluto; al contrario, iba mejor que nunca. Tenía presentaciones y meet and greets por todos lados. Apariciones por aquí, apariciones por allá. El tour empezaría y me tenían básicamente todo el día. Los eventos de premiación rebosaban en mi agenda y yo realmente estaba a punto de perder la cordura.

Cualquier adolescente de quince años querría tener mi vida; aparecer en todos lados y ver como cae el dinero y el reconocimiento de todos lados... Desde afuera todo se veía tan bien.

Mi estabilidad emocional iba en picada y junto a ella, mi estabilidad en la pareja.

Justin y yo estábamos tan mal.

No puedo determinar el momento exacto en el cual empezó a suceder todo esto, sólo sé que hace ya casi un mes nuestra relación es horrible y distanciada casi por completo. Yo solía estar mucho en casa pero cuando lo hacía, intentaba pasar todo el rato posible con él. Sin embargo, de su parte no obtenía exactamente lo que quería.

Él tal vez creía que yo no lo notaba, pero cada vez que me acercaba a besarle su mueca de disgusto era tan notable.

Primero intenté insistir. Intentaba luchar contra el estrés y el cansancio, poniéndome bonita solo para él. Encontraba aunque sea unos minutos para cocinarle algo o consentirlo, pero nada cambiaba. Él se abstenía a llegar del estudio -donde, por cierto, se la pasaba casi todo el día-, comer y luego dormir.

A excepción de los fines de semana.

Los viernes y sábados eran días renovadores para mí, porque no importaba cuanto trabajo tuviéramos ambos, al menos se preocupaba por sacarme de casa. Me llevaba a clubes, fiestas un poco lúgubres o incluso al departamento de sus amigos. El punto es que me invitaba con él y eso me daba un poco de esperanzas de que todo volvería a ser como antes, porque luego de algunas copas no despegaba sus labios de mí.

De todos modos, el lunes llegaba y Justin era frio y distante.

Otra vez.

Mi madre culpaba otra vez a mi novio por mis actitudes, Nina ni siquiera me dirigía la palabra a menos que se tratase de un tema muy importante y Caitlin tenía como prioridad a Xavier y su posible embarazo. Barbara había viajado, mis hermanas favoritas estaban ocupadas por el trabajo y David seguía creyendo que yo era una especie de pobre drogadicta víctima necesitada de ayuda.

Mi cumpleaños estaba a un poco más de una semana y yo estaba tan jodidamente sola.

-Ni siquiera tengo ánimos de salir allí afuera-murmuré a Mary quien acomodaba mechones de mi cabello hacia un lado y luego hacia el otro-. Mi cabeza duele tanto que siento que explotará.

-Calavera no chilla-se encogió ella de hombros- tú sabes que para dar un show debes descansar y cuidar tu organismo. Al parecer eres muy fan de desobedecer.

Resoplé y me dediqué a retocar un poco mi atuendo hasta que fue hora de salir al escenario. Lo único bueno del show de esa noche era que, al ser un teatro pequeño, no habría demasiadas fans insoportables y tampoco había meet and greets así que podía relajarme sabiendo que no me tocaría fingirle una sonrisa a nadie.

De todos modos no fue una noche tan mala. Los pequeños salvajes se comportaron y me hicieron sentir especial durante cada canción que interpreté, y para mejorar todo, la empresa que me había contratado para aquel pequeño show de Una noche con Lissa Wesley, me proveía vasos de ron con cola en cada descanso, así que me mantuve en el punto justo desinhibición.

Welcome To My Industry » j.bDär berättelser lever. Upptäck nu