49 > Easy come, easy go

1.7K 97 10
                                    


JUSTIN BIEBER

Mientras Lissa continuaba con la tarea de enmarcar las fotografías correctamente, yo intentaba decidir a qué altura de la pared quedarían mejor colgadas. Luego de indicar el lugar con un pequeño trozo de cinta de papel, me di el lujo de observar a mi chica, quien estando tan concentrada no podía verse más linda. Su abundante cabello estaba recogido en un voluptuoso moño, dejando caer dos suaves mechones a los costados de su cara. No estaba maquillada a excepción del brillo labial que le había dicho que tanto me gustaba. En ese momento, ocupaba sus lentes de marco cuadrado, los cuales no me importaban en absoluto porque la hacían verse incluso mejor, si eso era posible.

— ¿Sucede algo? —de repente se giró y me pilló contemplándola. Una sonrisa se dibujó en mis labios, y obviamente, me la contagió.

—Nada—mi voz salió como un susurro y me sentí como esas veces que me había atrapado mirándola en aquellos tiempos en donde no estábamos juntos aún.

Estiré mi mano hacia ella y la punta de mi dedo índice rozó sus labios. De inmediato sentí la textura un poco pegajosa de aquel labial, el cual dejó mi dedo levemente brilloso.

—Me gusta ese labial—comenté obteniendo como recompensa una sonrisa aún más preciosa de parte de Lissa—. Te queda muy lindo y me gusta el sabor.

—Lo usaré más seguido, entonces—la chica se encogió de hombros sin poder disimular su reacción ante un comentario tan simple como ese, y aquello no hizo más que exprimir mi corazón un poquito más, destilando puro amor hacia ella y toda su esencia.

Colgamos las fotografías del viaje de forma ordenada, formando varias hileras. Nosotros sonriendo, el lago, fotos en el avión, nadando, cuando nos subimos a aquellos kayaks a hacer rafting. Fotos con mis hermanos, con mi padre, con su madre. En todos lados. Recuerdos bonitos que no me molestaría que se repitiesen todo el tiempo.

Orgullosos, sonreímos hacia nuestra habitación ya terminada, y sólo entonces dimos por finalizada la remodelación de la nueva casa. Fueron dos semanas enteras tirando y comprando cosas, renovando, cambiando algunos detalles. Para que todo fuese distinto. Para que todo fuese perfecto.

No iba a negarlo; era un poco extraño. Todo. El despertar con ella, pasar el día completo con ella. De principio a fin. No había pasado mucho desde la última vez que había vivido de esa forma, ya que con Selena por un tiempo vivimos de la misma forma, con la diferencia de que todo eso había terminado mal y en parte, había sido porque nos sentíamos abrumados al llevar una vida de una pareja casada.

Sin embargo decidí continuar con apostar todo y seguí con el plan. Iba a vivir con mi chica y hacer todo lo que estaba en mis manos para que saliese bien. Así que mientras ella preparaba el sofá para recostarse, me acerqué, divagando en si plantearle la idea que tenía en mente o no.

—Eh, amor...—me senté sobre el cuero blanco, tomando un almohadón entre mis manos.

— ¿Sí? —contestó Lissa distraída, poniendo Netflix en el Smart TV.

—Estaba pensando...—titubeé un poco—Acerca del hecho de que, bueno, nueva casa, y no lo sé.

—Uhm, ve al punto—pidió ella, sentándose a mi lado.

—Desde que nos mudamos lo único que hemos hecho es...

—Remodelar la casa, sí...

—Exacto. Por eso decía que ahora que por fin estamos tranquilos, podríamos hacer, no lo sé... algo así como una fiesta para estrenar. Invitar a nuestros amigos.

—Eso mismo había pensado yo—dijo ella con voz casi inaudible—. Hay gente que no veo hace tanto tiempo...

— ¿Entonces?

Welcome To My Industry » j.bWhere stories live. Discover now