Capítulo 9

120 36 47
                                    

──Te invitaría a esperarme arriba, pero creo que es mala idea ──digo sin quitar mis ojos del hombre que sigue esperando de pie en la puerta. Un hombre al que conozco a la perfección, pero que hoy me asusta, porque no entiendo qué mierda está pasando aquí.

──Ni loco te dejo sola con ese tío ──responde Jason mientras posa su mano en mi muslo, consiguiendo que centre mi mirada en él──. Por favor, dime que nunca ha pasado nada entre vosotros ──dice suplicándome con la mirada.

Me quedo mirándole porque no puedo hacer otra cosa. Decirle la verdad sería hacerle daño por algo que aún no comprendo, y mentirle sería empezar de muy mala manera nuestra amistad, o lo que sea que seamos ahora mismo. Antes de que me dé tiempo a decidir qué sería menos malo, él deduce la verdad.

──Me tomaré tu silencio de la peor forma.

Comienza a alejar su mano de mí, pero yo la devuelvo al lugar donde estaba, sujetándola entre las mías.

──Mírame ──suplico.

Pero él parece estar muy entretenido observando el volante. No sabría decir si está cabreado o disgustado, pero ambas opciones me duelen más de lo que me gustaría admitir.

──Hey, no tienes nada de lo que preocuparte.

Llevo una de mis manos a su mejilla, girando su cara hacia mí mientras mantengo mi otra mano entrelazada con la suya.

──No sé qué narices ha pasado entre vosotros ──comienzo a decir──, pero me gustaría saberlo, y sé que Leo me lo contará en cuanto se lo pida.

Jason eleva su mirada intentando ocultar sus lágrimas, pero yo he hecho eso demasiadas veces, así que no se me escapa ese detalle.

──Quiero que sepas que también quiero saber tu versión ──continúo, provocando que vuelva a mirarme──. Él ha evitado que yo me quedara en la calle, y a día de hoy sé que puedo llamarlo amigo. ¿He tenido algún encuentro sexual con él? Sí, joder, sí, al poco de conocernos la atracción era demasiado grande, pero se quedó en eso, dos personas adultas disfrutando de su soltería, sin sentimientos de por medio ──digo omitiendo la parte en la que Leo confesó tener sentimientos por mí──. Eso fue al principio, pero ahora es una amistad normal y corriente. Él incluso tiene novia, y no te imaginas lo feliz que está y lo que yo me alegro por él.

Tras bajar su mirada brevemente a nuestras manos entrelazadas, vuelve a mirarme.

──No quiero que te haga daño ──susurra.

──No lo hará. No pretendo que os llevéis bien, pero confía en mí, por favor. Es buena persona.

Él niega repetidamente con la cabeza.

──Confío en ti, O ──susurra. Lo hace tan bajo que casi no lo escucho, pero lo hago──, pero no me digas que es buena persona, porque no lo es.

Comienzo a impacientarme y suelto su mano.

──Mira, no tengo ni idea de lo que ha hecho para que tú le odies tanto, pero todo el mundo comete errores, ¿vale? ──digo alzando la voz. Antes de que le dé tiempo a replicar, continúo──: Yo he sido una mierda de persona los últimos 3 años, mucho peor de lo que tú seguramente piensas que lo es él, y estoy aquí intentando comenzar una nueva vida y ser mejor persona, así que a lo mejor deberías juntarte con otra gente, porque viendo cómo juzgas a las personas quizás me quieras bien lejos de ti.

Abro la puerta del coche, pero él vuelve a cerrarla, dejando su rostro muy cerca del mío.

──No me importa quién hayas sido antes, O ──dice casi rozando su nariz con la mía──. Juro que te contaré todo, pero es que lo que él hizo fue hace menos de 4 meses, es demasiado reciente como para que me crea que ha cambiado.

Quiero contestarle, pero temo que si hago el más mínimo movimiento acabaré juntando sus labios con los míos, y no quiero eso, ¿no? Ahora mismo no sé ni lo que quiero, porque no puedo pensar en nada que no sea lo cerca que estamos el uno del otro.

Desvío mi mirada hacia donde Leonardo está, con la única intención de respirar un poco. Él se encuentra ahora sentado en la acera, con la mirada en el suelo y sus manos sujetando su cabeza.

──Lo conozco muy bien, desastre.

Vuelvo mi mirada hacia él y sé que llamarlo desastre lo ha alegrado.

──No quiero discutir contigo, pequeña O.

──Ni yo contigo.

──¿Entonces, qué hacemos? ──pregunta acercándose más.

──Yo voy a subir a por mis cosas mientras tú te quedas aquí como el niño bueno que nunca has sido.

Él se ríe y no puedo evitar la sonrisa que se instala en mi cara.

──No me parece bien, pero voy a hacerte caso.

──Buen chico.

──Siempre lo soy.

Se inclina para besarme, pero yo anticipo su acción y le freno colocando una mano en su pecho. No lo alejo, pero sí evito que se acerque más.

──No sé cuánto voy a tardar, pero tú bajo ningún concepto vas a bajarte del coche ──continúo──. Después, me vas a llevar a mi nueva habitación, me vas a ayudar a colocar mis cosas ──digo aprovechando la situación, lo cual hace que Jason sonría──, y, después, me vas a llevar a comer y me contarás lo que quieras contarme.

──Me parece justo ──responde rozando su nariz con la mía de manera cariñosa──. ¿Vas a besarme ya o piensas seguir torturándome?

──Ambas opciones son tentadoras ──digo prácticamente sobre sus labios──, pero creo que me quedo con la primera.

Y, tras esas palabras, lo beso. Jason tenía razón: lo estaba torturando, pero también me estaba torturando a mí misma. Y, por imposible que pueda parecer, comienzo a respirar en el momento en que su lengua juega con la mía. No sabía lo mucho que necesitaba que me besara hasta este momento. Su mano sube y baja por mi muslo, apretándolo de vez en cuando. No me puedo creer que venir a casa de Leo haya derivado en esto.

Mierda, Leo.

Me separo rápidamente y miro hacia Leonardo, o, más bien, hacia donde estaba hace unos minutos, porque ya no se encuentra ahí.

Vuelvo a mirar a Jason, quien intenta controlar su respiración mientras me devora con la mirada.

──Voy a subir ahora, ¿vale? ──pregunto intentando controlar mi voz.

Él asiente mientras yo salgo del coche lo más rápido que puedo, porque mirarlo hace que quiera besarlo de nuevo.

Me aproximo al portal y abro la puerta, caminando lentamente hacia el ascensor. ¿Estará Leo enfadado conmigo? Yo no le dije en ningún momento que bajara, así que, en teoría, no lo he hecho esperar. ¿Estaría esperándome porque sabía que estaba con Jason o porque le dije que me mudaba? Mierda, acabo de darme cuenta de que he tomado esa decisión sin decírselo antes a él.

Cuando entro en casa, Leo está sentado en el sofá, esperándome.

──Siéntate, Kat. Tenemos que hablar.

∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞

Peeeersonitas preciosas!!! ¿Cómo estáis? Espero que os guste este capitulillo. 

Mañana intentaré subir el siguiente (aún tengo que terminarlo porque hoy estoy muy agobiada con unos diseños). Espero que estéis todas y todos bien.

Pregunta: ¿qué creéis que ha pasado entre Jason y Leo para que el primero lo odie tanto?

Nos leemos muy pronto!!

La chica nuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora