Capítulo 21

87 27 86
                                    


―¡Más fuerte!

Obedezco y le doy con todas mis ganas al saco de boxeo.

Todo va bien estos días. Jason y yo terminamos nuestro juego de las cien preguntas, y esta vez él no omitió ninguna, pero yo omití tres.

La primera omisión vino cuando me preguntó dónde trabajaba. En realidad, no pasé de pregunta, sólo le dije que prefería llevarlo un día, cosa que haré el próximo viernes. Como no me estaba negando a responder per se, sólo me puso de condición pasar esa noche con él, cosa que ya pensaba hacer.

La segunda omisión, aunque era la primera real, fue automática. En serio, ni siquiera me di cuenta de lo rápido que había dicho "paso". ¿La pregunta? Qué había hecho el sábado noche cuando no volví a dormir con él. La respuesta implicaría contar la muerte de Jess y decirle que dormí con Leo esa noche debido al estado de shock en el que me encontraba, cosa que no me apetecía para nada.

La tercera pregunta no respondida fue si en algún momento había sentido algo más allá de la amistad por Leonardo. ¿Qué clase de pregunta es esa? Si sólo hubiera sido amistad, como con Josh, no habríamos estado liados casi todo el verano. Pero esa respuesta a él no le haría gracia, lo sé. Además, es un tema ya zanjado, no entiendo la necesidad de volver a sacarlo a flote.

El problema vino con lo que Jason me pidió hacer por saltarme las dos últimas. En el segundo caso, retomó lo de cenar en su casa con su familia, cosa que me aterraba porque ¿cómo me iba a presentar? ¿Como su amiga? ¿Compañera? En fin, prefiero no pensar mucho en ellos. Al fin y al cabo, tengo muchas ganas de conocer a la pequeña Nina. A Jason se le cae la baba hablando de ella.

El no responder a lo de Leo tendrá consecuencias parecidas, pero que, desde luego, terminarán peor. Quiere cenar conmigo, Leo y Josh. A Kate la descartamos porque su marido no la dejaría venir. Ya que no tengo familia de sangre, quiere cenar con quienes yo considero familia.

Eso sí que va a ser un desastre.

―Vale, vale. Relájate. ¿Por qué tanta rabia?

Mis sesiones en el gimnasio se han convertido en casi diarias. Will también está asistiendo, desde antes que yo, de hecho. En la universidad nos saludamos con la mirada, pero evita estar cerca de mí en lugares públicos desde la advertencia que me hizo. Josh me ha sugerido que me haga buena amiga suya para ver si me da más detalles sobre quién me vigila y con qué fin.

―Ya han matado a alguien en mi curro, quiero asegurarme de poder defenderme.

―El responsable lleva desaparecido semanas, Kat ―dice sujetando el saco―. Y estoy seguro de que tienes algo que ver con eso ―murmura para que nadie nos oiga, pero yo lo capto perfectamente.

―¿Qué te hace pensar eso? ―pregunto haciéndome la tonta.

―Que no me has preguntado en ningún momento si me refería a él cuando te dije que te vigilaban.

Esta es la primera vez que saca el tema desde entonces. Me advirtió y luego me ignoró hasta que dejé de preguntarle.

―Supongo que, de ser él, me lo habrías dicho.

Will aleja el saco y se pone frente a mí.

―Cierto. Sabes que si no te lo digo es porque no puedo, ¿verdad?

Asiento y él me ayuda a quitarme los guantes.

―Me alegro de que lo sacarais del mapa, de la manera que fuera ―comenta sincero.

Ahora confío más en él, y creo que el sentimiento es mutuo.

―Sé que ambos guardamos secretos sobre lo que hacemos fuera de la universidad ―le digo―, pero espero que sepas que puedes hablar conmigo si necesitas consejo o desahogarte con algo. No sé en qué estás metido, pero dudo que me asuste o me sorprenda.

La chica nuevaWhere stories live. Discover now