Capítulo 7

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Peligro.

Todo el trayecto desde la planta número 2 hasta la sala Éxtasis olía a peligro. Yo no solía acojonarme rápido, había vivido muchas situaciones terroríficas con Troy, pero eran más relacionadas con la velocidad, el peligro de estrellarte, o que te pille la policía. Este peligro olía diferente.

Olía a muerte.

──No te separes de mí ──susurró Jason cogiéndome la mano.

Josh y Mark van detrás, admirando la espectacularidad de las escaleras. Puedo asegurar que son normales y corrientes.

Finalmente llegamos arriba, unos 35 escalones después. Dos puertas cerraban el paso, y en la convergencia de ambas había un símbolo que resaltaba entre los colores de la planta, mayoritariamente oscuros. El símbolo, por el contrario, era de un potente color dorado. Era, indudablemente, un ojo que envolvía una letra G. No sé cómo narices podían haber hecho eso.

Mark y Josh elevaron sus manos al mismo tiempo para abrir la doble puerta, pero Jason y yo lo evitamos en el momento oportuno. Sin embargo, eso nos permitió acercarnos, y escuchamos algo con claridad: si alguien cuenta esto fuera de esta sala, amanecerá con una bala en la cabeza.

No decían nada de lo que le pasaría a quien espiara tras la puerta, pero podía imaginármelo. Tras un intercambio rápido de miradas con Jason, nos apresuramos a arrastrar a nuestros amigos de vuelta hacia las escaleras. El problema fue que tropezaron y comenzaron a caerse por ellas, montando un gran estruendo.

Todo pasó muy rápido. Escuchamos pasos acercándose a la puerta, y al chico desastre sólo se le ocurrió una forma de disimular: besarme. Me besó como si fuera lo más normal del mundo, como si no fuera la primera vez que lo hacíamos. Esto nos llevó a sonreír durante nuestro intercambio de saliva, tal vez por lo natural que nos resultaba besarnos o quizás por el miedo que sentíamos en ese momento. Pronto sentimos unas manos separarnos, y yo decidí interpretar a una borracha que no sabe ni su nombre. No sé si besando a una persona puedes transmitir tus pensamientos a alguien, pero Jason tuvo la misma idea que yo.

──¿Quién coño sois y qué hacéis aquí? ──preguntó un hombre que bien podría ser Hulk.

──¿Quién soy? ──dije fingiendo risa. Por dentro estaba aterrada, pero no pareció notarlo──. Soy lo mejor que le ha pasado a mi querido Evan ──apunté señalando a Jason.

──Me llamo Marco ──siguió mi amigo con una voz que me hizo replantearme si estaba interpretando o realmente iba borracho.

──Lo que sea ──estallé en carcajadas──. Y tú, ¿cómo te llamas? ──le pregunté al gorila que seguía agarrándome del brazo.

──Eso no te importa, niña. Largaos de aquí antes de que se me ocurra otro destino para vosotros.

Jason y yo, aún riéndonos de vez en cuando, nos miramos y procedimos a bajar las escaleras. Justo cuando estaba dándome la vuelta, distinguí una cara conocida entre ese grupo de personas. No estoy muy segura de qué lo conozco, pero ese chico es aproximadamente de mi edad. Pelo negro, alto, ojos marrones, guapísimo (para qué mentir). Y por la mirada que me estaba echando, estoy segura de que él también me conoce de alguna parte.

Una vez abajo, encontramos a Josh y Mark sentados en el primer escalón como si nada.

──Voy un momento al baño, desastre.

Jason se me quedó mirando durante mi trayecto hasta las escaleras que bajaban al baño. No me giré a comprobarlo, pero estoy segura de ello.

Aproveché para mear y lavarme la cara. Después, me retoqué el labial y regresé con los chicos. Justo cuando los vi, un chico bajaba por las escaleras: Carl. No sé si viene de la planta 2 o de la Éxtasis, pero algo me dice que de esta última. Me mantengo oculta mientras pasa, y lo veo salir con prisa. Después, termino de llegar a mi grupo.

──Estos dos necesitan dormir la mona ──dijo desastre──, ¿llevas tú a Josh?

──Sí, claro, puedo llevarlo en su coche.

──¿Tú venías con él o separada?

──Con él, vino a buscarme a casa.

──Entonces llévalo en su coche a su casa, yo te sigo y, después, te subes al mío y voy a dejarte a la tuya, ¿te parece?

──Claro.

Y así lo hicimos. Josh se quedó dormido de camino a su piso, por lo que me vi obligada a llamar a Lorelai para que bajara a buscarlo. Bajó muy preocupada, y no la culpo. Juntas conseguimos despertarlo y subirlo a su piso. Lorelai se disculpó (aunque no hacía falta) y yo volví a bajar.

Me subí al mercedes de Jason poco después, y fuimos a dejar a Mark primero, ya que había comenzado a vomitar. Vivía en el campus de la universidad, por lo que pude tener una primera toma de contacto, aunque estando todo oscuro tampoco es que haya apreciado mucho. Jason dejó a su hermano en la cama y empezó a reírse por lo rápido que se durmió. Estaba con la boca en forma de O, y la verdad es que hasta yo comencé a reírme.

──¿Kat? ──preguntó Jason mientras caminábamos de vuelta al coche.

──Dime ──respondí nerviosa. Estábamos solos después de lo que había ocurrido. Después de creer que no saldríamos vivos de allí. Después de aquel beso que nos salvó de sabe Dios qué. Aquel beso que me gustó y me aterró tanto a la vez.

──¿Estás bien?

¿Estoy bien? No. ¿Lo estaré? Sí. ¿Cuándo? No lo sé. Tengo un mal presentimiento. Siento que no nos olvidaremos de esos tipos pronto.

──Lo estaré.

Jason me cogió la mano y entrelazó sus dedos con los míos. Eso me dio una seguridad que no sabría decir si me gustaba o no.

──No tienes que pasar por esto sola ──dijo mirándome mientras me acariciaba la mano con su pulgar ──. Puedes quedarte conmigo si quieres, vivo aquí, en este mismo bloque. Creo que es mejor no pasar esta noche en soledad.

No sé por qué piensa que vivo sola, pero sí tiene razón cuando dice que es mejor que no duerma sola. Y sé que él tampoco quiere dormir solo. Y, como ya he dicho, me siento segura con él. Por eso no es extraño que aceptara su propuesta.

Jason me ofreció dormir en el suelo, ya que su habitación contaba con una cama matrimonial (por lo que deduzco que tiene dinero, ya que lo normal es compartir cuarto). No podía dejarlo solo ahí abajo. Además, no era justo. Por eso lo invité a dormir conmigo en la cama.

El chico desastre me prestó una camiseta y yo me cambié en el baño. Tardé una media hora en dormirme, pero lo último que recuerdo es a Jason acercándose a mí y susurrándome que me tranquilizara cuando me sintió tiritar. Con el calor que hacía, era evidente que no temblaba por frío. Pasó un brazo por encima de mi cintura y me atrajo hasta él, y eso bastó para poder dormir tranquila, como si él fuera la mejor medicina para el miedo, como si mi cuerpo estuviera acostumbrado a él.

Y lo peor de todo es que me encantaría acostumbrarme a esto.

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Nuevo capítulo!!! Intentaré subir el siguiente antes del 24.

¿Cómo estáis?

¿Carpeta con el chico desastre sí o no?

Os voy a ser sincera: a este chico me lo he inventado sobre la marcha. La historia de amor pensada para esta historia aún no ha comenzado, pero lo hará pronto, y ahora quiero un triángulo amoroso porque amo a Jason (he estado escribiendo más de él y ahora la que duda entre dos soy yo!!!). Pero bueno, no estoy segura de ir por ahí. 

¿Qué preferiríais? ¿Triángulo amoroso o historia de amor única entre Kat y otra persona? Lo tendré en cuenta.

Bueno amores, nos leemos pronto! Cuidaos!!

La chica nuevaWhere stories live. Discover now