Capítulo 36

62 19 33
                                    

―Ese vestido debería estar prohibido.

Una risa incontrolable se instala en mí. La forma en la que Leo ha dicho eso ha sido muy graciosa.

―¿No crees que ya tienes una edad para celarte en función de la ropa que me pongo?

―No me celo, amor. Simplemente me duele no pasar la última noche del año contigo. Y las primeras horas del nuevo año, claro.

―Tú tienes que estar en la celebración de la empresa familiar. Y yo debo hacer vida universitaria, tú mismo lo dijiste. Nos veremos aquí por la mañana, no te preocupes.

―Lo sé. Pásatelo bien ―dice rodeándome con sus brazos y dándome un beso de esos que te quitan el aliento―. Y lo digo en serio, Kat. No dejes de disfrutar por no estar yo allí. En esas fiestas se hacen muchos juegos para beber. No quiero que los evites por mí, ¿de acuerdo?

―Leo, son juegos para enrollarse con gente. Obvio que no pienso jugar.

―No siempre es así. Y es tan sencillo como negarse en esas partes.

―Ya veré lo que hago.

―¿Va a ir Troy? ―pregunta cuando estoy poniéndome los zapatos de tacón.

―Sí, he logrado convencerlo.

―Me alegra que todo haya salido bien, de verdad. Fue un detallazo por su parte traerte a Patrick.

―Sí, aunque no sé si habría preferido una llamada telefónica y ya.

―¿A qué te refieres? ―Leo se gira y me evalúa con la mirada, dejando de lado el nudo de su corbata.

―No es el mismo Patrick de antes. El cariño sigue ahí por ambas partes, pero ya no es el chico alegre y despreocupado que me gastaba bromas para hacerme reír.

―Todos cambiamos, Kat. Estoy seguro de que él piensa lo mismo de ti.

―Supongo... Pero bueno, se irá el día dos. Espero que esta noche disfrute y yo no me sienta incómoda.

―Tendrás a muchas personas en esa fiesta, amor. Josh y Troy son como comodines en caso de que algo vaya mal. Y Jason, aunque no me haga especial gracia, sé que estará para ti.

―Will también va. No sé, me apetece mucho esta fiesta, en realidad. No pienso deprimirme por nada.

―Esa es mi chica. Venga, que vas a llegar tarde.

―Te amo ―le recuerdo tras besarlo.

―Yo más ―responde―. Nos vemos por la mañana.

El autobús es mi mejor opción para llegar a la casa en cuestión. A pesar de tener coche y de que mis amigos se hayan ofrecido a llevarme, sé que ellos llevan ya un tiempo en la fiesta. Decidieron cenar allí, mientras que yo quería picar algo con Leo en casa. Supongo que algo habrán bebido y prefiero no correr riesgos.

Sin embargo, en cuanto bajo a la calle descubro un coche familiar. Por si no lo reconocía, Jason se encuentra apoyado en el capó.

―¿Qué haces aquí? ―pregunto mientras me acerco a abrazarlo.

―Supuse que agradecerías un viaje en coche. Conociéndote, estoy seguro de que acabarías en el autobús equivocado.

―Idiota ―murmuro abriendo la puerta.

―Insúltame todo lo que quieras, pero te encanta que haya venido a buscarte ―me quedo callada para evitar reconocer que está en lo cierto. Una sonrisa amenaza con salir, pero me niego a darle el gusto―. Vamos, O, no me niegues el placer de llevar la razón.

La chica nuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora