Draco Malfoy

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Malfoy y yo habíamos discutido, en este momento ni siquiera recuerdo la razón pero no nos hemos hablado desde hace tres días.

Y si él era orgulloso yo lo era diez veces más, si él no pedía disculpas, yo tampoco tenía ninguna razón para hacerlo.

Pero ya veremos quién cede primero, y tengo la idea perfecta para hacerlo caer de su pedestal del orgullo.

Era sábado, por lo que no había clases y además había salida a Hogsmeade. Era un día caluroso, así que decidí ponerme una de mis faldas favoritas junto con una blusa de manga larga.

Salí del dormitorio bastante animada y en la sala común logré visualizar a Draco, quien rápidamente me miró sin ninguna expresión en particular.

Desvié la mirada y mis ojos dieron con Blaise.

Era momento de llevar acabo el plan: poner celoso a Draco para que me hable.

Admito que es tonto e infantil, pero sin duda alguna, muy divertido. Además no haría nada malo, sólo provocarlo.

Me acerqué al moreno y lo abracé del brazo, él me miró con una sonrisa.

Miré de reojo a Draco, quien sólo rodó los ojos.

Puse mi mano en el pecho de Blaise y le dediqué una sonrisa ladina.

—¿Está todo bien?— me preguntó.

—Necesito un favor.

Frunció el ceño.

—Veré qué puedo hacer.

Mordí mi labio inferior y me acerqué a su odio.

—Intento hacer que Malfoy se enfade para que me pida disculpas por ser tan idiota.

Rió y miró con discreción al platinado.

—Acepto, pero harás mis deberes de la próxima semana.

Me encogí de hombros.

—Sólo si lo haces bien.

Tomó con fuerza mi cintura y me acercó más a su cuerpo. Levanté una ceja.

Salí junto a Blaise y llegamos a las tres escobas. Draco nos seguía de cerca junto a sus dos gorilas y he de admitir que disfrutaba ver su cara de frustración.

El platinado llegó a su límite de paciencia cuando Zabini dejó un prologado beso en mi mejilla.

Draco se puso de pie escandalosamente y me tomó del brazo para sacarme de allí.

Una vez fuera y completamente solos, me cruce de brazos y desvié la mirada.

—¿A qué estás jugando?— habló molesto— ¿Zabini? Se supone que estás conmigo.

Seguí sin mirarlo.

—Eso te ganas por comportarte como un idiota y no pedir perdón.

Tomó mi barbilla con fuerza y me hizo mirarlo, su pulgar recorrió mi labio inferior.

—Eres sólo mía, ¿entendido?

Ese tono de voz tan autoritario me hacía perder la cabeza. No tenía la voluntad de renegar nada.

Asentí.

Se acercó a mi, acorralándome contra la pared a mis espaldas.

Mordió mi labio y luego comenzó a besarme con lentitud pasando sus manos por mi cintura. Levantó mi falda un poco y subió mi pierna a la altura de su cadera, acarició la piel de mi pierna causándome un escalofrío.

Pasé mis manos por su nuca, enredando mis dedos en su cabello.

Nos separamos un poco para recuperar el aliento, pero aquella separación no duró tanto pues volvimos a unir nuestros labios en un beso más necesitado.

No tengo ni idea de cómo sobreviví tres días sin las caricias de Draco.

One shots ⇝ Harry Potter ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora