Me sentía tan insignificante cuando aquellas francesas de Beauxbatons pasaban a mi lado. Ellas eran tan hermosas y perfectas y yo... bueno, era yo.
No es que me tuviera baja autoestima o me sintiera fea, pero aquellas veelas eras simplemente los más hermoso que hubiera visto jamás.
No las odio y mucho menos me desagradan, pero vaya que me siento inferior a su lado.
—Dayane— llamaron mi atención y rápidamente di media vuelta.
Cedric Diggory se acercaba muy contento.
—Hola, Ced. ¿Está todo bien?
El chico puso ambas manos en mis hombros y sonrió mostrando los dientes.
—Iré con Cho al baile— dijo luego de unos segundos— la he invitado hace rato.
—Es genial, habías estado toda la semana muy molesto diciendo que querías ir con ella.
Ambos reímos.
—¿Y tu?— habló el castaño bastante curioso— ¿ya tienes pareja?
Bajé la mirada y di un par de pasos atrás, las manos de Cedric dejaron de estar en mis hombros y me miró fijamente.
—Nadie me ha invitado— dije en voz baja y sin poder hacer contacto visual.
El chico que me gustaba me había estado ignorando desde que inició el año y nadie más parecía muy interesado en mi. Me hacía sentir un poco triste todo este asunto.
Supongo que Cedric vio mi cara de pocos amigos, por lo que pensó con cuidado sus siguientes palabras.
—No te preocupes, seguro hay un chico lo suficientemente ciego que te pedirá ir.
—Eres un idiota, Cedric Diggory.
Me reí fuerte ante su comentario y lo empujé del pecho. Luego comenzamos a caminar por el pasillo.
Dos días más tarde, me encontraba vagando por los pasillos. Ahora que había estudiantes extranjeros, el castillos se sentía más movido.
Encontrar un lugar para estar a solas con mis pensamientos, me resultaba muy complicado.
Debido a que ya era diciembre, el frío comenzaba a ser más gélido. Me arrepentí de no haber escogido algo más abrigado cuando salí de la construcción y el aire golpeó contra mi mejilla.
Cerré los ojos un momento, el aire congeló mi nariz y mis pómulos. Dejé salir un poco de aire, el cual fue muy visible al chocar contra el viento.
—Dayane.
Di un respingo al escuchar mi nombre, creí que estaba sola. Di media vuelta y puse mala cara al ver a Viktor Krum.
—¿Ya dejamos nuestro jueguito de no hablarnos?
El hombre se cruzo de brazos y yo abracé mi cuerpo en alguna especie de protección.
—No sé de qué hablas.
Dejé salir una risa sin gracia y negué. Estaba segura que la punta de mi nariz ya estaba roja.
—Llegas aquí y me ignoras cuando te saludo, finges no conocerme cuando, hasta donde recuerdo, éramos buenos amigos.
Su padre y mi padre fueron compañeros en el colegio y siguieron en contacto aún cuando salieron. De hecho, mi padre es padrino de Viktor. Se podría decir que crecimos juntos y nos veíamos en vacaciones.
—Lo siento— dijo y frunció ligeramente el ceño.
Me encogí de hombros.
—Como sea, ahora quisiera estar sola.
Permaneció con su vista fija en mi, no parecía tener ninguna intención de moverse.
Maldije mentalmente cuando una fuerte corriente de aire nos golpeó y mi cuerpo tembló con fuerza.
Krum lo notó de inmediato y se quitó su abrigo con gran rapidez.
—No lo quiero— di un paso atrás.
Me miró molesto.
—Te enfermarás.
Se acercó y esta vez no retrocedí. Puso con cuidado su abrigo en mis hombros y permaneció muy cerca de mi.
Podía percibir su agradable olor y lograba ver cómo su camisa se pegaba a sus músculos.
Levanté la miraba y me fijé en sus ojos que estudiaban cada uno de mis movimientos.
—¿Te avergüenzas de que seamos amigos?— me atreví a preguntar sin dejar de mirar sus ojos.
Me miró con sorpresa y rápidamente negó.
—Nunca— puso sus manos en mis hombros y los apretó con ligera fuerza— es sólo que... te evitaba porque me sentía nervioso de estar a tu lado.
Lo miré sin comprender y sin querer dejé salir una risa.
—Estuvimos casi todo el verano juntos, fui a la mundial contigo y... no tiene sentido. Nos conocemos desde que tengo uso de razón.
Apartó la vista y se quedó en silencio algunos segundos que me parecieron eternos. Parecía indeciso de decir lo que pensaba.
—Me gustas, Dayane— dijo de pronto— desde hace tiempo que siento cosas por ti y estar a tu lado sólo... me pone nervioso.
Dejó caer sus manos y las dejó a sus costados, sus ojos siguieron sin mirar los mis.
Lo miré sorprendida. Viktor es un sujeto de pocas palabras y muy directo. Nunca me hubiera imaginado a alguien como él nervioso con alguien como... yo.
Tomé con suavidad su mano que reposaba a su costado. Entonces me miró aunque no podría explicar su expresión.
Viktor nunca me había parecido intimidante como a muchos otros y esta no era la excepción, me recordaba a un cachorro.
—¿Por qué no me lo dijiste antes?
Negó.
—No podía. Tenía miedo.
Reí.
—Enfrentas dragones, participaste en el torneo mundial de quidditch, ¿y tienes miedo de decir tus sentimientos?
Él rió un poco.
—Suena estúpido si lo dices así.
—También me gustas— me atreví a confesar— y lo cierto es que me sentí bastante triste cuando me ignorante cada que me acercaba a ti.
Bajé la mirada pero enseguida él me tomó de la barbilla con su mano libre e hizo que lo mirara a los ojos. Sus ojos brillaban.
—Siento haberme comportado como un imbécil.
Reí.
—Te perdono, aunque nunca dejarás de ser uno.
Esta vez él dejó escapar una corta risa.
—Además... te quería preguntar si quisieras ir al baile conmigo.
Evité que mi sonrisa se ampliara.
—¿Qué te hace pensar que no tengo pareja?
Se encogió de hombros.
—¿La tienes?
—Por supuesto que no.
—¿Entonces, aceptas ir conmigo?
—No parece que tenga muchas opciones— mis ojos viajaron de sus ojos a sus labios y de nuevo a sus ojos.
Él sonrió al notarlo.
Se inclinó un poco, de pronto dejé de sentir tanto frío. Nuestras respiraciones se mezclaron y lentamente cerré los ojos cuando sentí la calidez de sus labios sobre los míos.
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Este os me dio ganas de hacer un fic de Viktor pero le temo al éxito xdxd
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One shots ⇝ Harry Potter ✔
FanfictionOne shots con tus personajes favoritos de Harry Potter ♡ || Portada por @-ethereallys [ FINALIZADA ✔ ]