Draco Malfoy

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Paola miraba detenidamente a todas las personas del comedor desde su lugar, buscaba a su siguiente víctima para una de sus bromas.

-¿Qué te parece a ese chico de ravenclaw?- preguntó Fred, que estaba a la derecha de la chica.

-No, no parece del tipo al que se le pueda hacer una broma y salir ileso.

-¿Qué tal ese chico?- preguntó esta vez George, señalando a un chico.

-Él parece una mejor opción.

-Entonces, manos a la obra- dijeron los gemelos.

Los tres griffyndor se pusieron de pie y se dirigieron a uno de los jardines, donde nadie los pudiera escuchar.

Pasaron dos días, los tres se encontraban en el pasillo esperando a aquel chico de slytherin.

-Aquí viene- dijo George corriendo hacia sus dos amigos.

Paola comenzó a caminar por el pasillo, tratando de disimular. Ya veía a aquel chico, hizo un movimiento de varita y un balde lleno de algunos insectos y pintura cayó sobre la cabeza del chico.

Sin embargo, no cayó sobre el chico al que estaba planeado, fue nada más y nada menos que sobre Draco Malfoy.

La boca de Paola formó una perfecta 'O'. Llevó sus manos a su boca, expresando una auténtica promesa.

Los gemelos salieron de su escondite y comenzaron a reír.

-¡Corre!- gritó Fred, tomando la mano de su amiga.

Para su mala suerte, el profesor Snape apareció frente a ellos.

-Weasley y Fray- dijo despectivamente.

-Fue su idea- dijeron ambos gemelos a la vez y salieron corriendo.

-Traidores.

Draco se acercó hasta el profesor y Paola.

-Profesor, esta niña me hizo esto- dijo Draco muy molesto.

Snape miró a Paola y luego a Draco.

-Frey, una semana de castigo. Tendrá que hacer la limpieza de los calderos.

-¡No!

-¿No? ¿Qué le parece un mes?

-Sí, profesor.

-Malfoy, vaya a cambiarse.

-Sí, profesor.

(...)

Luego de la clase de pociones, que era la última del día para Paola, se tenía que quedar a hacer la limpieza que Snape le había impuesto.

Todos salieron del salón y Paola esperó un poco. 

Comenzó con su trabajo.

-¿Divertida, Frey?

Paola rodó los ojos al escuchar aquella voz. Era la que menos quería escuchar en ese momento.

-En realidad, sí. Me divierte mucho limpiar calderos y perderme la cena- dijo con sarcasmo.

Draco soltó una risa sin mucha gracia.

-Si no tienes nada más que decir, te agradecería que te marcharas.

Sin decir nada más, Draco se acercó más y tomo asiento junto a la chica. Tomó uno de los calderos y comenzó a limpiarlo.

Paola no podía creer lo que veía, sin embargo, no dijo ni una sola palabra.

Terminaron con todos los calderos y ambos salieron del aula.

-Gracias- dijo Paola.

Draco le dio la espalda.

-No fue amabilidad- dijo sin mirar a la chica- Ahora me debes algo.

Paola enarcó una ceja.

-¿Y qué es?

-Una cita, conmigo- comenzó a caminar sin mirar a Paola- el sábado después del desayuno.

Paola lo miró sin comprender.

Draco no la miró, pues quería ocultar aquel sonrojo que se esparcía por sus mejillas.

-Te veo en la entrada- dijo Paola.

Cada uno se fue por su lado, claramente no sería una cita precisamente normal.

Paola no imaginaba cómo podrían reaccionar sus gemelos amigos, sin duda le cortarían la cabeza, pero Paola de cierta manera estaba contenta al igual que Draco.

One shots ⇝ Harry Potter ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora