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-No lo sé hermano... esa chica es muy... seria, no creo que esté interesada en ti- decía Fred a su hermano.
George observaba a la chica, esta estaba con todas sus amigas. Pertenecían a la misma casa y compartía algunas clases, pero nunca se habían hablado.
-¿George? ¿Me estas escuchando?
George volteo a ver a su hermano, definitivamente no había escuchado lo que le había dicho su hermano.
-Iré a hablarle- dijo levantándose de aquel sillón.
Apenas dio un par de pasos y sintió que lo tomaban de los hombros.
Lee Jordan y su hermano lo habían hecho sentarse de nuevo.
-¿Y qué le piensas decir?- preguntó su hermano.
-Ya se me ocurrirá algo. No creo que sea tan complicado hablar con ella.
-No creo que sea buena idea que improvises. Ella es como Percy, pero en mujer.
-¿Y desde cuando ustedes saben tanto de ella?
Lee y Fred se miraron nervisosos.
-Hemos estado investigando un poco- dijo Lee.
George volvió a mirar a la chica, fue cuando se dio cuenta de que ella también lo miraba. Ella apartó rápidamente la mirada.
Siguió hablando con sus amigas un momento más y se marchó.
No fue hasta la mañana siguiente cuando la volvió a ver en el gran comedor. Aún era temprano y la chica no estaba con sus amigas. Ella estaba leyendo un libro.
George agradeció haber bajado antes que su hermano.
Rápidamente George se acercó a la chica y se sentó junto a ella.
-Hola Maite.
La chica despegó la vista de su lectura, miró por un segundo al pelirrojo.
-Weasley- dijo y regresó la vista a su lectura.
El ambiente se volvió un poco incomodo para el pelirrojo, pues ya no sabía que decir. De verdad le encantaba esa chica y no quería arruinar su "primer platica".
-¿Se te ofrece algo Weasley?
Ella seguía sin despegar la vista de su lectura, pero sentía la mirada del pelirrojo y no se sentía cómoda.
-Yo solo...- lo pensó por un segundo- Quiero invitarte a salir.
¿Qué podía perder? Lo peor era un rechazo. Y George estaba listo para escuchar ese tremendo "No".
-Seguro- dijo ella con una pequeña sonrisa- El sábado a las tres, ¿te parece?
George seguía en un pequeño estado de shock, la verdad era que no se esperaba aquella respuesta. Sin embargo, con cada segundo que pasaba su sonrisa crecía.
-Sí, si, si, si. El sábado a las tres en las tres escobas.
-Bien. Y espero que no sea otra de tus bromas Weasley.
-No- George sonrió- no lo es.
Las amigas de Maite llegaron y fue cuando George se marchó. Después de todo, no fue tan malo improvisar.
