One shots ⇝ Harry Potter ✔

Sirius Black

Sirius no estaba dispuesto a aceptar que estaba enamorado, mucho menos de Leah. Él siempre había dicho que era un alma libre, no necesitaba estar atado a nadie.

Pero ver a Leah conversando y riendo con Eustace le ponía muy mal. Trataba de ignorarlos y concentrarse en la conversación que mantenía con sus amigos, pero le era imposible cuando a un par de metros estaban Leah y Eustace.

No entendía por qué le molestaba tanto. Leah era una muy buena amiga de él, hablaban muy seguido y de vez en cuando caminaban juntos pero eso era todo. No es como que le gustara o algo parecido. Al menos, eso es lo que él pensaba.

Pero era obvio que se estaba muriendo de celos. Incluso sus amigos lo notaban y no paraban de hacerle burla por ello.

—Debes admitir que te gusta Leah— le dijo James con una gran sonrisa en el rostro.

Sirius lo miró.

—No me gusta.

—Entonces por qué estás tan molesto de que se divierta con Eustace.

—Porque ese sujeto es un imbécil. A ella no le puede gustar alguien como él.

—Ni siquiera sabes si le gusta— esta vez habló Remus— sólo están hablando.

Los cuatro voltearon a mirarlos, dándose cuenta de que ahora se besaban.

Remus bajó la mirada bastante nervioso, rascó su cabeza y luego miró a Sirius quien tenía una cara de pocos amigos.

Sirus sintió que la sangre le comenzaba a hervir, se levantó con brusquedad de su lugar y caminó a paso apresurado hasta ellos. Tomó del hombro a Eustace y lo empujó hacia atrás para que se separara de Leah. Luego tomó a la chica de la mano y la llevó con él lejos de aquel lugar.

—¿Qué rayos te sucede?—dijo muy molesta la chica cuando por fin se detuvieron.

Sirius se cruzó de brazos y la miró con molestia.

—¿Por qué lo estabas besando?

Lo miró sin comprender.

—No creo que te deba ninguna explicación.

—Pues no quiero que lo vuelvas a hacer.

Ambos comenzaban a molestarse.

—No eres nadie para decirme a quién puedo y a quién no puedo besar.

La tomó de los hombros y la miró directamente a los ojos.

—Es que no entiendes que me estoy muriendo de celos porque me gustas.

La chica quedó estática. Su cerebro no lograba procesar las palabras que Sirius le había dicho.

—Deja de jugar conmigo, Black.

—No es ningún juego.

Los dos dejaron de sentirse molestos, pero ahora había cierta incomodidad en el aire.

—Me gustas, Black— confesó finalmente—pero nunca nadie es suficiente para ti y había decidido rendirme.

Sirius la miró con vergüenza. Después de todo, era cierto lo que ella decía.

—Sé que soy un grandísimo idiota y lo siento. Pero quisiera que me des una oportunidad.

Era realmente incómoda aquella situación, hacía un par de minutos que se había besado con Eustace y ahora Sirius le pedía una oportunidad.

Sin pensarlo mucho más, Leah tomó de la camisa a Black y lo besó con intensidad.

—¿Eso fue un si?—habló Sirius en voz baja cuando se separaron.

—Sí— contestó de la misma manera y volvieron a unir sus labios.