Capitulo 25

76 11 11
                                    

Lesly

Jamás en mi vida me había preguntado como sería mi muerte, tampoco me había interesado nunca el concepto del infierno, ni siquiera creía que algo como eso pudiera existir, pero ahora puedo ver que si existe, existe porque yo estoy en el.

Temor, fuego, sangre, caos, tristeza y muerte.

Eso es lo que veo cuando abro los ojos y miro por la ventana de la habitación en donde me encuentro. Veo a los estudiantes del campus universitario más exclusivo de éste país corriendo intentando salir de las llamas en las que estamos sumergidos.

Algunos salen intactos, otros salen heridos o quizás  algunos salen muertos, pero todos gritan y corren desesperadamente buscando su propia salvación y nadie se percata de mi ausencia, nadie se da cuenta de que estoy encerrada en la ultima planta del campus.

Grito fuerte hasta rasgarme la garganta, pero nadie me escucha y si alguien me escuchara se haría el sordo para no tener que venir a salvarme.

Intento salir, intento escapar del fuego que me arropa, pero la puerta está cerrada con algo atrás que no me deja salir y la altura hace que ni siquiera piense en la posibilidad de tirarme por la ventana.
El fuego es cada vez más fuerte y la tos me invade por el humo entrando en mis pulmones.

Me pregunto ¿Por fin voy a morir? ¿Por fin descansaré?

No puedo hacer nada por mí, no puedo ni siquiera salvarme a mi misma y las lágrimas corren por mi rostro, porque al final se que esto es lo mejor, lo mejor es morir porque ya viví demasiado en un infierno y no creo que después de la muerte haya algo peor.

Después de dejar de intentar escapar de mi destino miro por la ventana como todos se ponen a salvo y a lo lejos veo a Christian con Camila.

Me alegra que los dos estén a salvo porque por un tiempo él era la razón por la que yo vivía, él era el único que me hacía un poco feliz, pero que más da si al final todos somos efímeros, nada es para siempre aunque duele siquiera pensarlo.

Su mirada se cruza con la mía y veo temor en sus ojos, veo miedo, pero temo más por su vida que por la mía así que me despego de la ventana y me siento en el piso a esperar que la muerte venga por mi.

—No me vengas a buscarme, amor, yo no valgo la pena— susurro antes de desmayarme por el humo y la falta de oxígeno.

         

                    *       *       *

Eso es lo último que recuerdo de aquella noche tan horrible.

Después solo recuerdo que desperté en éste oscuro lugar dónde no hay ni una ventana y solo veo oscuridad, no sé cuánto tiempo llevo aquí, ni sé en donde estoy, solo sé que hay alguien que siempre viene con el rostro tapado y  me inyecta con algo que me deja débil y me hace dormir por horas.

Ya no distingo la noche del día, no se cuando tiempo ha pasado desde aquella noche, solo sé que me dan comida—que no como— y que me inyectan está mierda que me hace más inservible de lo que antes era.

—Tienes que comer algo— dice el enmascarado que me alimenta, ¿acaso comer haría la diferencia?

—¿Acaso no estás oyendo?— me pregunta el enmascarado con ira en su tono de voz, pero no me importa, ya nada me importa.

Yo no respondo, solo estoy aquí amarrada de la pared como un animal y esperando a que mi muerte sea pronto.

El hombre se da por vencido y se va de la habitación llevándose la única luz que tenía y que era una vela. Creo que llevo mucho tiempo aquí solo que lo que sea que me están metiendo por las venas no me deja pensar bien ni conectar ideas.

INESTABLES (EN EDICION)Where stories live. Discover now