Capítulo 23

108 13 1
                                    

El sol que se cuela por mi ventana me hace voltear la cara para poder seguir durmiendo, la cabeza me palpita como loca presa del dolor y en la habitación hay un mal olor increíble, seguro es a vómito porque no me extrañaría que después de todo lo que bebimos Nery y yo anoche, una de las dos vomitara.

La noche fue larga, pero entre llantos y tragos creo que pasó más rapido de lo habitual.

Por cierto, hoy hay clases y Nery tiene que estudiar para conservar su beca, no me perdonaría que otra persona saliera perjudicada por mis problemas y por eso decido llamarla.

—Nery, despierta que tienes que ir a tomar clases— digo con el poco ánimo que tengo aún con los ojos cerrados.

De parte de ella no hay respuesta como me lo imaginé, cuando se toma tanto por primera vez no te levantas de la cama ni de milagro.

—Levantate— vuelvo a decir pero me quedo sin respuesta.

Poco a poco abro los ojos acostumbrandome a la luz del sol pero lo que veo me hace caer de cara a un lado de la cama.

No lo creo, esto es una pesadilla, esto no es cierto.

Levanto las manos al aire y la sangre gotea de ellas, yo estoy llena de sangre y el piso también lo está.

¿Que pasó? ¿Esto es un sueño?

No puedo respirar bien y tengo que contar mentalmente para calmarme pero no lo logro, esto es un mal sueño, yo lo sé.

Con cuidado me levanto del piso y miro a mi alrededor, hay tanta sangre que me dan ganas de vomitar y quiero gritar, quiero pedir ayuda, quiero salir corriendo, pero no puedo, no puedo nisiquiera moverme. Pero estoy segura de que Nery no puede estar muerta.

Miro a mi alrededor y sigo repitiéndome que esto es un mal sueño.

Me paseo por mi habitación mientras veo el cuerpo de mi amiga tirado en el suelo, ensangrentado y con varias estocadas en el pecho. No llevamos mucho tiempo siendo amigas pero empezaba a quererla, compartimos muchos momentos felices juntas, yo la quería.

Ya nada me sorprende, el dolor en mi pecho se extiende como llamas en un pajar, y quema. La ira, la tristeza y el miedo se apoderan de mí, una es más fuerte que las otras pero no dejare que influya en mí, no dejare que el dolor nuble mi mente, porque ahora más que nunca debo de estar alerta.

Y pensar que cuando llegué aquí intentaba huir de mi pasado, intentaba comenzar de cero, pero no, no siempre se puede hacer lo que se quiere. Mis demonios siempre me seguirán a donde donde sea que esté, el recuerdo me carcome y duele pensar aquellos momentos llenos de felicidad, No sé que estaba pensando cuando intente huir, el pasado es parte de mí y eso no cambiará. Aun recuerdo ver los cuerpos de mis padres y hermana tendidos en el suelo, pálidos y sin vida, la protección de testigos no siempre ayuda, a veces falla y te deja con la duda de si en verdad podrás salir de esto, si la misma policía no es capaz de protegerte menos podrás hacerlo solo.

A veces simplemente es morir o luchar.

Yo elegí luchar, pero hay guerras que se pierden mucho antes de empezar a pelear.

Las lágrimas corren deliberadamente por mi rostro y con cuidado busco pulso en el cuerpo de Nery... No hay nada, ella murió.

Mi mente le da mil vueltas a todo pero no logra conectar nada, ¿Como ocurrió?¿Quién lo hizo? ¿Por que me pasan estas cosas a mí?

Me siento mal, tengo ganas de morir porque ella no merecía que le hicieran esto, nadie merece morir así.

La orquídea negra que está arriba de su cadaver me confirma que mis sospechas son ciertas, el asesino ha venido por mí y esta vez logrará atraparme.

INESTABLES (EN EDICION)Onde histórias criam vida. Descubra agora