Capítulo 26

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Las personas siempre tenemos la mala costumbre de crear expectativas excesivamente altas de las personas que más amamos, siempre pensamos lo mejor de ellas, siempre esperamos lo mejor aunque veamos miles de señales de que esa persona es lo peor para nosotros y aún así esperamos pacientemente el golpe que nos dejará el corazón destruido. Quizá por eso dicen que el amor es ciego, pero el amor no es ciego, lo que nos ciega es la idealización que tenemos, convirtiendo nuestra mente en un mundo estúpido de fantasías con supuesto amor.

Pero lo peor es que nos hace sensibles y susceptibles a cualquier daño, creo que por eso es mejor no enamorarse, o tratar de amar, es mejor encerrarse en anchas paredes de frialdad y no dejar a nadie entrar a tu corazón.

Lo digo yo, una persona que ha sufrido mucho, porque yo si amé, yo si pensé en morir por alguien, y amé tanto que me dolía estar un segundo lejos de él, pero lo amé tanto que cuando él me hizo daño mi mente prefirió borrar todo para seguir queriéndolo.

Pero yo no tengo la culpa, la culpa la tiene mi mente por no sospechar que mi corazón estaba en peligro, pero en mi defensa pregunto: Quién iba a pensar que una de las personas que tanto quise hace tiempo me iba a hacer tanto daño.

Rael, el primer amor que tuve, el primer hombre que me tocó, el primero en ganarse mi amor, el primero en todo para ser exactos, él fue la persona que más me hizo daño. Y por lo visto quiere seguir torturándome de por vida porque sigue buscándome, sigue jugando con mi mente, sigue matando a personas inocentes por mi.

Yo creí que ya él se había olvidado de mi, pero si así fuera, yo no estuviera aquí, encerrada y secuestrada en algún lugar del mundo y siendo torturada de esta forma.

Ahora todo encaja en mi mente como un rompecabezas que tenía todas las piezas perdidas y que ahora son encontradas, y entonces de pronto entiendo la muerte de mis padres, la muerte de mi hermana, la muerte del director, la muerte de Nery, el campus incendiado, todo. Y ahora sé con seguridad que fue él, siempre ha sido él el causante de mis desgracias.

Aquí en frente de mi está el que destrozo mi vida en unos minutos, se encuentra parado justo delante de mi y no lo reconozco, no lo reconozco porque esos ojos ya no son los que una vez me miraron con amor, ya no son los dulces ojos que me miraban con ternura y que me repetían una y otra vez que me querían sin decir ni una sola palabra. Ahora solo son esos ojos verdes que me miraron mientras él mataba a mis padres, ya solo son esos ojos que me arrebataron la vida y la estabilidad que antes tenía.

Y ahora que lo vuelvo a ver después de tanto tiempo me doy cuenta de que, son solo los ojos del hombre que con tan solo 17 años fue capaz de matar a dos adultos y a una niña de 6 años.
Pero ahora que lo tengo aquí me siento culpable, me siento mal por no ayudarlo cuando él lo necesitaba. Yo siempre supe que él no estaba bien, pero pensé que con mi amor bastaba para arreglarlo, pensé que podía cambiar en él esa inmensa oscuridad que lo arropaba por luz, pensé que yo podía liberarlo de sus demonios y que podía hacerlo feliz.

Pero no fue así, con mi amor lo único que logré  fue que se obsesionara conmigo de tal manera que fue capaz de asesinar por mi.
Y hoy, después de tanto tiempo, puedo recordar todo lo que pasó aquél día, hoy por primera vez lo entiendo todo.

En mi mente todo se repite, todo vuelve a comenzar desde el principio y las tragedias vuelven a ocurrir como aquella noche de septiembre cuando dos hombres entraron por la puerta de atrás para acabar con toda mi vida.

Sin duda era alguien que nos conocía y que sabía que guardábamos las llaves de repuesto debajo de la alfombra, también sabía que esa noche estábamos todos en casa y que la única que no estaba era su hermana adoptiva, Elizabeth.
Y fue en esa noche que mientras mis padres conversaban tranquilamente en el comedor, ellos dos entraron apuntando con un arma, mis padres no pusieron resistencia pues pensaban que era un asalto, pero luego de que ellos los amarraran a las sillas empezaron a apuñalar la piel del brazo izquierdo de mi padre, lenta y dolorosamente.

INESTABLES (EN EDICION)Where stories live. Discover now