Lesly es una chica huerfana de 19 años, todos los miembros de su familia fueron asesinados y solo quedó ella.
Por eso Lesly está traumada, está rota, está inestable.
Un día conoce a Christian, el chico con el que siempre soñó.
Ellos se enamoran, pe...
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Lesly
Las chicas se despiden de besos y abrazos de los chicos y nos dirigimos al auto de Anna.
En el camino no hablamos, sólo disfrutamos de los recuerdos de la noche anterior, sé que todas la pasamos bien.
—Que linda es la vida— dice Anna soltando un suspiro.
Ella fue una de las que disfruto más, Luca le dedicó una canción justo cuando el amanecer empezaba a aparecer mientras nosotros lo ayudabamos con nuestras palmadas. Fue un detalle hermoso, es lindo que alguien se tome el tiempo de escribir una canción para tí.
«Cosa que nunca me pasara»
Los minutos en el auto pasan como segundos mientras cada una está en su propio mundo de fantasía recordando la noche de ayer.
En menos de lo que canta un gallo nos estacionamos en el campus, me despido de las chicas y me voy caminando por los pasillos del campus mientras voy sonriendo de oreja a oreja por la feliz noche que tuve. Son las 10:00 de la mañana y recién llegamos de la playa, vimos el amanecer en todo su esplendor juntos, Christian y yo.
Llego a mi habitación y me tiro en la cama, las cortinas están cerradas y la luz está apagada, sólo queda la leve iluminación de los rayos del sol colándose por las cortinas, me doy la vuelta en la cama y en frente tengo a una persona mirándome fijamente.
El miedo recorre mi cuerpo y siento la sensación de que algo malo me puede pasar, me quedo inmóvil mientras analizó las formas en las que puedo escapar, la figura se acerca dejando que le pueda detallar el rostro y respiro aliviada.
Es Elizabeth.
—¡Niña loca casi me matas del puto susto!—digo gritándole.
Ella se levanta y puedo ver su expresión, esta furiosa.
—¡La loca aquí eres tú maldita estúpida!— responde con detenimiento en cada palabra.
No entiendo su tono de voz, o sea sí le hablé feo y todo pero tampoco es para tanto.
—Me puedes decir donde diablos estabas— dice agarrándome del mentón.
Me quedo en shock mirando su reacción, no reconozco a la persona que tengo parada al frente, le quito la mano con gentileza y la agarro cariñosamente.
—Cariño se que te preocupaste por mí pero estoy bien ¿Ok?— digo en tono calmado.
—¡No pregunté si estás bien, te pregunte donde diablos estabas!.
«Pero ¿Que le pasa?»
—Oye no me hables así que no eres mi mamá— me defiendo encarándola.
—Jajaja— ríe irónicamente— Claro que no soy tu madre, estoy viva y ella no.
Una punzada de dolor llega a mi pecho dejándome sin aire por las palabras tan duras que acaba de decir Elizabeth, espero su reacción, su disculpa, pero nunca llega, sólo se queda ahí parada mirándome fijamente mientras destila furia hasta por los poros.
