Capitulo 24

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Es increíble la facilidad con la que se puede acabar la vida de alguien, todo es tan efímero como un respiro.

Las personas mueren a cada segundo y me pregunto ¿Cuán desgraciado tienes que ser para matar sin remordimiento a alguien inocente? ¿Y que se necesita para ser tan malvado?.

Nery no merecía morir, así como nadie merece que le hagan algo como eso, ella fue asfixiada con una bolsa plástica y después de que murió la apuñalaron siete veces.

Me duele saber que todo fue mi culpa y me imagino el dolor que debe de estar sintiendo su madre; una madre que a pesar de ser viuda trabajó para que su única hija tuviera una buena educación, buena ropa, buena comida, y al final su hija tuvo que pasar por todo esto solo por estar en el lugar y en el momento incorrecto.

Yo no puedo dejar de culparme por todo lo que le hicieron, como tan poco puedo dejar de preguntarme el porqué sigo viva, si tantas veces he estado a merced de ese spicópata ¿porque aún no me ha matado?, ¿Que quiere de mí?

Lo peor de todo es que ahora mismo la única sospechosa de la muerte de Nery soy yo, y aunque sé que soy emocionalmente inestable, estoy segura de que yo nunca sería culpable de algo así. Yo nunca mataría a alguien, no a alguien inocente por lo menos.

De verdad no sé como llegué a todo esto, hace meses yo tenía hasta amigos y joder que los quería, nunca pensé que después de lo que viví alguien quería ser amigo mio hasta que llegué al campus, ahí tuve la falsa ilusión de creer que podía ser normal, tenía "amigos" "novio" y una vida aparentemente normal, pero todo era un engaño.

Ahora estoy en la sala de interrogatorios de una comisaría, sin amigos, sin novio, sin nadie, sólo yo... Siempre soy solo yo.

Pero así somos todos ¿no?, solo somos personas solitarias queriendo algo de compañía sin tener en cuenta que en esta vida solo nos tenemos a nosotros mismos en las buenas y en las malas, nunca tenemos en la cabeza que cuando estemos en el sitió más oscuro, en el peor lugar, en la más mísera miseria, en la más desolada soledad y en la peor depresión que jamás hayamos tenido siempre estaremos solos. Al final ni nosotros mismos somos nuestra compañía porque podemos estar en cuerpo, pero en alma nunca estaremos completos.

Para traerme aquí me sacaron como una criminal del hospital, como la peor escoria de la tierra y me esposaron como si yo fuera un peligro para la sociedad.

De mí siempre se han dicho muchas cosas, primero era la niña callada de la escuela, después la huérfana del lugar, luego pasé a ser la chica rara de la que nadie conoce ni su nombre, también he sido la depresiva a la que la amiga le quitó el novio, pero de todas esas cosas nada me ha dolido más que esto, ahora me llaman maldita asesina.

Los policías dan vueltas en la entrada como si yo me fuera a escapar, como si estas cadenas que me tienen atada no fueran lo suficientemente fuertes para detener cualquier movimiento que yo quisiera hacer. Y no sé que hago aquí si hace unos minutos acabo de dar mi declaración y parece que nadie me cree, aunque sé que es difícil de entender que mataron a Nery mientras yo dormía y yo nisiquiera desperté ni escuche nada.

Pero que puedo hacer yo si así a sido todo en mi vida, simplemente inexplicable: la muerte de mi familia sin explicación alguna, un sicópata persiguiéndome y yo sin saber el porqué, para mi nada tiene sentido. A veces creo que solo es la vida que me tocó y es el precio que tengo que pagar si quiero vivir.

Es un precio muy alto el que tengo que pagar solo por vivir, y total... Ni vivir me gusta.

El coronel de la policía llega ganando toda mi atención con unos documentos en las manos, se sienta en su puesto delante de mí y mirándome fijamente empieza a hablar.

INESTABLES (EN EDICION)Where stories live. Discover now