Capítulo 13

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Desconocido

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Desconocido

Por fin te encontré Lesly, no fue tan difícil encontrarte después de todo, tu querido FBI no es bueno haciendo su trabajo, no pueden cuidarte como lo haría yo, una risa brota de mi mientras me encuentro en la barra del club observándola.

Lesly está aquí, tan cerca que casi siento que la puedo tocar, intente sedarla paro la estúpida de su amiga se tomó la bebida, pero no importa, después de todo el destino de Lesly es estar conmigo y por eso debo de ser paciente.

Lesly se va del lugar y me dispongo a seguirla.

La sonrisa se me dibuja mientras sigo el taxi en dónde se encuentran Lesly y otra chica.
Al paso de un tiempo llegan a la universidad de Wisconsin.

—Así que estás siguiendo tus sueños, me sorprende, yo creía que los había destruido todos y eso que  no sabes lo que te espera mi niña— voy hablando mientras la observo bajarse del auto.

Me desaparezco en la oscuridad de la carretera para así volverme  niebla y solo queda un recuerdo fugas de la hermosa doncella, mi amore, mi futura señora.

La unica mujer capaz de dejarme sin aíre con solo una mirada, la dueña de mis pensamientos y en la unica que pieso cuando me masturbo.

Es una lástima que ella desperdicie su tiempo con personas que algun dia mataré. Principalmente a ese chico que cree tener la autoridad de tocar su cuerpo.

Al día siguiente.

La rutina del campus es la misma, todos van a sus clases y salen a distraerse con sus amigos sin imaginarse que hoy hay algo que cambiará. Al pasar las 8 de la mañana los pasillos y dormitorios están totalmente vacíos y aprovecho para colarme en la habitación .

Yo, un hombre en busca de la atención de su amada, me quedo en el pasillo esperando el momento exacto para entrar a la habitación de Lesly.

Luego de unos minutos llega el momento adecuado y entro con un trozo de papel al dormitorio 313, con mis habilidades abro la puerta sin ningún problema y dejo la nota en una de las camas.

“Te estoy observando Lesly”.

—Nuestro juego empieza hoy mi niña y lo voy a disfrutar mucho y más cuando te tenga solo para mi—la misma risa vuelve a dibujarse en mis labios y es difícil contener la carcajada pero lo hago.

El día pasa para que la noche caiga sobre la ciudad, el cielo despejado da paso a las estrellas y a la hermosa luna llena que ilumina de sobre manera la piscina del campus dandome todo su poder, el director está en el estacionamiento listo para irse y decido poner la primera fase de mi plan en marcha.

—Director buenas noches, necesito decirle algo antes de que se vaya— le digo tomándolo de la mano para que me siga, el director me sigue hasta llegar a la piscina.

—Dígame, ¿que hacemos aquí? ¿Que necesita decirme?— pregunta él con un pequeño tono de preocupación en su voz.

Respiro profundo inhalando mi olor favorito, «El miedo».

—Voltee a ver a la piscina y yo le diré lo que necesita escuchar— le digo con una sonrisa en el rostro.

El director del gran campus mira hacía la piscina y aprovechó el momento.

Miro al cielo admirando el brillo de la luna y de las estrellas mientras le paso alrededor de su cuello una soga para asfixiarlo.

—Descance en paz mi querido director— canturreo mientras aprieto el agarre en la soga terminando de asfixiarlo.

Pasan algunos minutos de forcejeo hasta que él se da por vencido y le doy el golpe final.

El sonido del cuerpo inerte cayendo contra el agua resuena por los pasillos vacíos y oscuros pero aún así nadie sale de sus habitaciones.

Limpio todo tipo de huella que pueda dejar y dejo todo listo para marcharme.

Para completar la hermosa vista dejo el pequeño detalle que hará que sólo Lesly lo reconozca, una orquídea negra de las mismas que deje cuando mate a su familia, desde ese entonces tiempo no me sentía tan extasiado y tan feliz, ya lo extrañaba pero será aún mejor cuando tenga a Lesly en mis manos, cuando la haga mía y después de cansarme de su cuerpo poder bañarme con su deliciosa sangre.

Un silencio se presenta por unos segundos pero de un momento a otro una risa maniaca brota de mí y se me hace imposible evitarlo por los pensamientos tan placenteros que tengo. Luego de eso desaparezco en las sombras de los pasillos que estan desolados y me hago paso en el tortuoso silencio pensando en mí próximo movimiento.

«Voy con todo Lesly, así que prepárate; porque estoy más cerca de lo que creés»

Narrador omnisciente:

Son las 11:00 de la noche, la luna llena ilumina el cielo y es la única testigo de lo que va a pasar a continuación, el campus ya apagó sus luces y Lesly se escabulle por los pasillos del lugar para tener un momento a solas.

Se dirige al mismo lugar de siempre y a la misma hora de todos los días «la piscina», después de encontrar esa nota en su cama Lesly decidió ir a quitar el estrés con un buen baño de agua fría, y que mejor que la maravillosa piscina que casi nadie visita.

Ella va caminando mientras tararea una canción para calmar la ansiedad sin imaginarse con lo que se ha de encontrar en la piscina.

Cuando llega su cuerpo se paraliza al ver un cuerpo sin vida en la piscina flotando en el agua, pero lo que puso sus sentidos alerta fue la flor que yacía en el cuerpo del hombre, una orquídea negra o como ella la llama desde aquél día «La flor maldita».

Cuando sus padres fueron asesinados todos los floreros de la casa fueron llenos con estas flores y al parecer el FBI no le puso atención, pero siempre hacen presencia en las pesadillas de Lesly haciéndolas difícil de olvidar.

El cuerpo de Lesly no responde y su mente imagina mil y un escenarios diferentes donde cada uno llega a la misma conclusión; su muerte o su secuestro. Ella sigue analizando la situación y da con el pensamiento loco de irse.

Lo que nadie haría fue lo que hizo Lesly, cualquier persona hubiera gritado o hubiera saltado a la piscina para ver si podía hacer algo por aquel hombre, pero Lesly tenía otros planes, Lesly estaba cansada de ser la víctima, de ser el centro de todos los males y de ser la chica suicida que no hace nada por si misma.

Lesly tenía planes claros, quería vengar la muerte de su familia aunque tuviera que morir en el intento, Lesly quería tener paz, tranquilidad y alguien que la quisiera. Pero el destino tiene el curso de su vida trazado.

Ella no le dijo nada a nadie, sólo se aseguró de no dejar rastros de que estuvo en ese lugar y se fue a acostar silenciosamente mientras en su cabeza se repetía una y otra vez la palabra muerte.

«Es él o yo» decía ella para sus adentros pensando en que quizás era mejor dejar de correr y comenzar a luchar.

INESTABLES (EN EDICION)Where stories live. Discover now