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Seth había sido asignada al Palacio Gannet para recibir a los invitados, así que había visto todo.

Una vez que Hannah oyó lo que pasó, empezó a llorar, y Lilly no había dormido bien después de oírlo también.

"¿No podría el Mago de la Torre Negra curar a Su Majestad?"

"El Emperador no lo reconocería así que..."

Él mismo no quería arreglar la situación, así que no había nada que pudieran hacer.

"Haaa. Estoy tan preocupada."

"Yo también. Pobre Princesa Athanasia. ¿Qué deberíamos hacer?"

Pero Lilly estaba preocupada por Claude y Athanasia.

La princesa Athanasia ya había sido lastimada, y una vez que su memoria regresara, Claude también estaría sufriendo.

Sería bueno que ya nadie saliera herido. Era un alivio que el Emperador no buscara a la Princesa Athanasia después del baile. Pensó que la princesa se vería obligada a salir de su palacio de nuevo por lo que pasó en el salón de baile.

"Hoy, haré el pastel de chocolate que le gusta a la princesa."

"Yo también ayudaré".

Lilly suspiró. No pasaba un día sin que se preocupara.

*****

"Princesa, ¿no está leyendo hoy?"

Lilly me preguntó con cuidado, mientras me miraba tumbada en el sofá.

"No estoy interesada".

No había cambiado de posición ni una sola vez esa tarde, y estaba mirando la luz del sol.

No. No la estaba mirando, sólo miraba fijamente... mi nuevo pasatiempo de estos días era quedarme quieta.

Intenté explicar lo que estaba haciendo, pero me di por vencida y me quedé mirando fijamente al cielo.

No tengo ningún pensamiento. Porqué no tengo ningún pensamiento...

"Ya son las 3 de la tarde. ¿Debería traerle algunos postres?"

"No, gracias".

En estos días, no quería comer nada, así que dije que no.

Lilly, Hannah y Seth parecían muy sorprendidas de que dijera que no a los postres, pero estas cosas pasaban a veces.

Sabía que se habían sentido perturbadas estos días por mi culpa.

Lo sentía, pero tener que reaccionar a todo lo que hacían los demás me daba dolor de cabeza.

Así que aunque sabía que se preocupaban por mí, me pasaba el día tumbada así.

Incluso delante de Lilly, me revolvía en mi cama o en el sofá.

Desde hace algún tiempo, después de que las cartas de Jennet dejaran de llegar, pasaba la vida en aislamiento. ¿No era ésta la vida de una princesa de trastienda que Claude quería?

Pero Lilly no se rindió.

"Entonces, ¿qué tal un paseo? Hoy los rayos solares son agradables."

"No quiero..."

"No. Necesita moverse más en tiempos como estos. Si quiere estar sola, no le seguiré. ¿Hm?"

Lilly era realmente poderosa. ¡Intentaba que me levantara del sofá y de la cama en la que me había quedado durante varios días!

P. E. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora